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sábado, 31 de marzo de 2012

Masacre: ven y mira

Lo vi cruzar por el pantano, apoyando los pies en las raíces sumergidas. El barro le llegaba hasta los dientes. Miraba con los ojos muy abiertos, como si detrás de las pupilas se extendiera una legión de cicatrices. Las moscas anidaban en su vientre y no acertaba a respirar. Un intestino interminable cubría de excrementos sus oídos.

Ven, acércate. Déjate agarrar por las solapas. Cuidado, no tropieces. Agacha el cuerpo. No querrás que te alcance la metralla. Prepárate a correr y nunca mires hacia atrás. No hay nada en la llanura. Es inútil, no busques las cenizas.

 Año 1943. En una aldea de Bielorrusia el jóven adolescente Florya (Aleksei Kravchenko), es reclutado para unirse a las guerrillas partisanas que combaten tras las lineas alemanas, debiendo por tanto abandonar a su familia. Tras algunas peripecias, cuando la unidad partisana vuelve a la aldea de Florya, descubre que los alemanes la han arrasado y matado a sus habitantes. A partir de ese momento, el grupo partisano buscará cobrarse venganza.

Masacre, ven y mira es la producción bélica soviética más destacable de las realizadas en la época que podriamos denominar como tardocomunismo, una época en la que ya se presagiaba la decadencia de la URSS, y en la que comenzaba a vislumbrarse la caida del comunismo soviético. Por esta razón, no debe extrañar que esta película, dirigida por el realizador ruso Elem Klimov, con ocasión de la conmemoración del 40º aniversario del fin la II GM, destile un aire mucho más realista que otros films anteriores de producción soviética sobre la guerra contra el invasor alemán, y que abordara este duro relato en un tono alejado de cualquier atisbo de triunfalismo patriótico.

Siguiendo esa linea, la película se aproxima al tema de la guerra partisana desde un punto de vista bastante objetivo, y nos ofrece el relato de una historia dura, contada sin ningún tipo concesiones de cara al espectador. El ritmo de la narración es pausado, con profusión de planos-secuencia silenciosos que se intercalan con algunas escenas de breves diálogos para resaltan la crudeza de la historia que se nos cuenta. La primera media hora del metraje, aunque resulta por momentos bastante lenta, visualmente está  muy bien hecha para transmitirle al espectador la desolación de los bosques, y la sensación que experimentan los personajes inmersos en el frio y el barro del ambiente. En ese sentido, hay que destacar la perfecta labor de ambientación del film, que logra trasdar al espetador a los escenarios y paisajes de Bielorrusia, así como transmitir en todo momento la desolación causada por la guerra.

Como decía, si bien el aspecto visual de la historia es sobresaliente, el aspecto narrativo está un peldaño por debajo. Se echan en falta algunas mayores dosis de acción, y podrían haberse acortado algunas escenas que tienden a recrearse demasiado en los personajes sin hacer avanzar el relato, como por ejemplo, la larga secuencia silenciosa que Floria comparte con la jóven muchacha partisana; lo que se traduce en un ritmo narrativo excesivamente lento en algunos pasajes del film. Naturalmente, los alemanes aparecen retratados como unos sádicos asesinos, mientras que los guerrilleros se contemplan desde una perspectiva mucho más humanizada, y quizás en este puntos habrían sido de agradecer algunos matices adicionales. Con todo, la película tiene algunos momentos realmente buenos como cuando el protagonista descubre la matanza en su aldea o la furiosa venganza sobre los alemanes capturados, que viene precedida de un impactante diálogo entre los prisioneros y sus captores.

En conclusión “Masacre, ven y mira” es una película típicamente rusa, con las virtudes (especialmente visuales) y defectos -sobre todo la falta de un mayor ritmo narrativo- tradicionalmente propios del cine de esa nacionalidad. Pero, sin duda, una película muy interesante en lineas generales por darnos otra visión del conflicto, y sobre todo, ofrecer una mirada directa, sincera y muy sentida sobre los desastres que toda guerra lleva aparejados. Un título absolutamente recomendable.


1) Como film bélico, el de Klimov responde a un encargo oficial y consiste en propaganda patriótica. De las atrocidades de ambos bandos enfrentados en la guerra, cuenta las perpetradas por el ejército alemán: la destrucción metódica de aldeas bielorrusas y el exterminio de sus habitantes, encerrando a toda la población en la iglesia e incendiándola, tal como hicieron en otros frentes, en pueblos franceses y belgas.
La estrategia nazi, como la de toda ideología totalitaria, incluía la práctica planificada y sistemática del terror sobre la población, con el fin de allanar la resistencia y facilitar la obediencia ciega. Si de paso alguien daba rienda suelta a sus peores instintos, tampoco estorbaba.

2) Esa experiencia de agobio y extremo impacto emocional es la que llena la película y la convierte en una historia de terror, el cuento de un niño que contra la voluntad de su madre se une a los partisanos para convertirse en un hombre, y en el curso de unas jornadas de horror se transforma en un anciano prematuro.
Todo comienza felizmente para él, dentro de lo que cabe. En el campamento, los guerrilleros le reciben bien. Cantan canciones tradicionales y se hacen fotografías, agrupados, sonrientes, en clima de camaradería. Incluso conoce a una adolescente ante quien se muestra fascinado, incapaz de reaccionar.
Cuando, tras perderse cada uno por su lado en el bosque, se reencuentran y regresan juntos a la aldea, empieza la sucesión de horrores. Una silueta de un Focke-Wulf aparece de vez en cuando en el cielo como siniestra señal para anunciarlos.
La película, enfocando la amenaza de un mal ilimitado, no los ahorra.

3) La narración avanza pausada y se apoya en una fotografía poderosa, en un paisajismo imponente, heredero de Dovzhenko y Tarkovsky (la comparación, además, con “La infancia de Iván”, es inevitable).
Los colores tenues, tierra y barro, madera vieja, verde oscuro de la vegetación, definen una gama de tonalidad baja contra la que destacan las inmensas llamaradas y las centellas de los tiroteos nocturnos.

4) La eficaz estrategia de intensificar el impacto emocional pasa por adoptar con la mayor frecuencia el punto vista del niño, atónito, ahogado por la barbarie en que se ve sumergido.
Como a él, nos ensordecen las bombas, o nos llenan las ráfagas la cabeza de chirridos enloquecedores. Como él, asistimos con espanto a crímenes que, por desgracia, parecen inherentes a la naturaleza humana, pero nunca podremos comprender.

TÍTULO ORIGINAL Idi i Smotri
AÑO 1985




DIRECTOR Elem Klimov
GUIÓN Elem Klimov, Ales Adamovich
MÚSICA Oleg Yanchenko
FOTOGRAFÍA Alexei Rodionov
REPARTO Alexei Kravchenko, Olga Mironova, Liubomiras Laucevicius, Vladas Bagdonas, Victor Lorents
PRODUCTORA Mosfilm, Belarusfilm


SINOPSIS Película de encargo para celebrar el cuarenta aniversario de la victoria aliada en la Segunda Guerra Mundial, relata a través de los ojos de un niño progresivamente endurecido por el sufrimiento, la matanza sistemática de los habitantes de las aldeas bielorrusas durante la guerra.

Caballo de batalla

Hace medio siglo, películas como Australia, Cold Mountain o esta War Horse habrían entusiasmado a las plateas de todo el mundo. Sin embargo, ahora, dejando al margen sus defectos (que las tres tienen), la crítica las menosprecia y el público no se entusiasma. ¿Qué ha pasado? ¿Es peor el cine hoy que entonces? ¿O es que las personas somos menos ingenuas, más cínicas y ya estamos muy acostumbradas a ver casi de todo en una pantalla? Pues probablemente es éso... porque War Horse es una cinta con todos los ingredientes que la habrían hecho triunfar en otra época: historia melodramática, superación personal, canto a la amistad, animales, bellos paisajes, factura impecable, ambientación bélica... Así pues, ¿qué ha fallado?



A estas alturas, hablar de la pericia tras la cámara de Steven Spielberg es innecesario. El Rey Midas es uno de los más hábiles narradores de todos los tiempos, un pintor de imágenes, un realizador con una elegancia innata en su planificación que otros jamás tendrán. War Horse es un plato visual de maravilloso gusto, todo elegancia (como digo) y belleza, gracias a la colaboración de Spielberg y Janusz Kaminski en la fotografía (que homenajea por partes a David Lean, a John Ford y, muy claramente al final, a la mítica escena de Vivien Leigh de Lo que el viento se llevó. Ya sabe, la de "A Dios pongo por testigo..."). La primera hora es simplemente perfecta. El final roza también esa perfección. Y todo el conjunto desprende una emotividad apabullante, y una clara añoranza de un cine más elemental, más primario, más cercano a las emociones de la gente.



Sin embargo, la película tiene un enorme problema (aparte del posible rechazo inicial de las audiencias), y es que es indudablemente demasiado larga. Las historias de los dos hermanos alemanes y la niña y el abuelo franceses resultan demasiado extendidas y alargadas en pantalla, ralentizando un ritmo hasta entonces estupendo. 35 minutos menos y podríamos estar hablando de una casi obra maestra... pero ese exceso de metraje lastra el conjunto de forma muy notable.



Gracias a Dios, Peter Mullan, Emily Watson, todos los jóvenes actores, y muy especialmente Benedict Cumberbacht y Jeremy Irvine (será una estrella) dan lo mejor de sí mismos, componiendo un exquisito reparto.



Y sí, está muy dicho que recuerda enormemente a Ford, Lean, Lo que el viento se llevó y en general a todo el gran cine del Hollywood clásico. Pero no creo que sea injusto ni pesado recordarlo. Porque éso es lo que ha pretendido Spielberg al adaptar esta novela. Homenajear el cine con el que él creció. Un cine que, para bien o para mal (depende de cada espectador) ya no se hace.

Lo mejor: La primera hora, Jeremy Irvine y su sabor clásico. Y la secuencia de Joey en las trincheras, un prodigio de dirección de Spielberg.


TÍTULO ORIGINAL War Horse
AÑO 2011




DIRECTOR Steven Spielberg
GUIÓN Lee Hall, Richard Curtis (Novela: Michael Morpurgo)
MÚSICA John Williams
FOTOGRAFÍA Janusz Kaminski
REPARTO Jeremy Irvine, Emily Watson, Peter Mullan, Niels Arestrup, Tom Hiddleston, David Thewlis, Benedict Cumberbatch, Celine Buckens, Toby Kebbell, David Kross, Nicolas Bro, Leonhard Carow, Eddie Marsan, Patrick Kennedy, Liam Cunningham, Robert Emms, Matt Milne, Hinnerk Schönemann, Geoff Bell
PRODUCTORA Dreamworks Pictures / Reliance Entertainment / # Amblin Entertainment / The Kennedy/Marshall Company / Touchstone Pictures
WEB OFICIAL http://www.caballodebatalla.es/
PREMIOS 2011: Oscar: 6 nominaciones, incluyendo mejor película y fotografía
2011: Globos de Oro: 2 nominaciones: Mejor película drama y mejor banda sonora
2011: Premios BAFTA: 5 nominaciones, incluyendo mejor banda sonora
2011: Satellite Awards: Mejor fotografía. 8 nom., incluyendo mejor película y director
2011: Critics Choice Awards: Mejor fotografía (ex-aequo). 7 nominaciones


SINOPSIS En un pueblo inglés, Albert, el hijo de un granjero, ve nacer un potrillo. Poco después, su padre lo adquiere en una subasta, y el chico le pone de nombre Joey. Pero la familia se arruina y no tiene más remedio que vender el caballo justo cuando estalla la Primera Guerra Mundial (1914-1918). Ése es el punto de partida de un viaje en el que tanto Albert como Joey lucharán por sobrevivir a la contienda y volver a estar juntos.

viernes, 30 de marzo de 2012

La chaqueta metálica

Nada menos que 7 años después de la terrorífica “El Resplandor”, Kubrick vuelve su mirada hacia el horror sin necesidad de apoyarse en coartadas fantásticas, sino mostrando las entrañas del mayor engendro que hemos creado: la guerra. Pretendido o no, cada película de Kubrick sienta cátedra, quedando como obras poderosas, únicas e indiscutibles, y de tal perfección que impide cualquier tratamiento posterior por otros autores. En este caso, Vietnam ya contaba con esa joya indiscutible: “Apocalypse Now”, por lo que la apuesta que hace Kubrick es el mayor órdago de su carrera. Y era normal que llegara.



Al autor siempre le interesaron las fracturas históricas: tanto antiguas (Espartaco), como actuales (Teléfono Rojo…), y siendo Vietnam la mayor fractura, era coherente que Kubrick diera su visión. Sólo que ésta choca con todas las películas realizadas sobre este conflicto. Vietnam es su disculpa para trazar un retrato sin ilusión del instinto de agresión que domina a nuestra especie y lo hará acompañando al recluta bromista en un viaje desde el orden de la instrucción al caos de la guerra.



Así en esa primera parte (magistral el plano con el que se abre la película mostrando la primera arma: el cortapelo) asistiremos a la transformación de aquellos jóvenes de mirada vacía en soldados, dándoles el padre/sargento Hartman (espléndido Lee Ermey) una nueva novia: su fusil. Es sobre este padre cruel y vengador, sobre el que girará esta primera parte. Pero la grandeza de toda ésta reside en el pesimismo de Kubrick. Sabiendo la importancia de la instrucción, ésta es irrelevante ante el peso de nuestro instinto agresor. De hecho, esta máquina de matar perfecta adelantará su misión en un final tan edípico como el visto en “El Resplandor”.



La segunda parte nos sumerge en Vietnam; un Vietnam de soldados, en el que la guerra es un telón de fondo del que llegan ecos, pero en el que nunca aparece ningún enemigo. La originalidad de Kubrick es retratar un Vietnam no visto en las anteriores películas que trataron este conflicto.



Al clásico Vietnam de la jungla, siempre presente en todas, Kubrick vuelve su mirada a otra muy distinta: la jungla urbana. Al Vietnam nocturno de Apocalyse, el maestro Stanley lo cubre de luz, una luz cruda y tan descarnada como la guerra, que, para el autor, es el caos, pero no el espectáculo. De hecho, se sirve de un único personaje (una vietcong) para ilustrar las fuerzas que se desatan y que, pese al final de la película, no terminan de apaciguarse pues siguen en nuestro corazón llevándonos hacia un callejón sin salida.



Genial, como en todas sus películas, el reparto. Empezando por el vehemente Lee Ermey, hasta un más comedido M. Mondine; pero entre todos que destacaría a V. d’Onofrio. Él realiza una recreación alucinante, espeluznante; como anécdota, decir que engordó para el papel más que Robert de Niro, sólo que éste se quedó con la leyenda. 


TÍTULO ORIGINAL Full Metal Jacket
AÑO 1987




DIRECTOR Stanley Kubrick
GUIÓN Stanley Kubrick, Michael Herr, Gustav Hasford (Novela: Gustav Hasford)
MÚSICA Abigail Mead
FOTOGRAFÍA Douglas Milsome
REPARTO Matthew Modine, Vincent D'Onofrio, R. Lee Ermey, Adam Baldwin, Dorian Harewood, Arliss Howard, Kevyn Major Howard, Ed O'Ross, Gary Landon Mills, Sal López, John Stafford, Kieron Jecchinis, Ngc Le, Papillon Soo Soo
PRODUCTORA Warner Bros. Pictures
PREMIOS 1987: Nominada al Oscar: mejor guión adaptado
1987: Premios David di Donatello: Mejor productor extranjero. 2 nominaciones


SINOPSIS Un grupo de reclutas se prepara en Parish Island, centro de entrenamiento de la marina norteamericana. Allí está el sargento Hartmann, duro e implacable, cuya única misión en la vida es endurecer el cuerpo y el alma de los novatos, para que puedan defenderse del enemigo. Pero no todos los jóvenes están preparados para soportar sus métodos.
CRÍTICAS ----------------------------------------
Si "Senderos de gloria" era una película antimilitar, "La chaqueta metálica" propone una doble ración por antimilitar y antibélica. Dividida en dos partes, la primera -excelente- retrata el durísimo entrenamiento de los reclutas (una escuela infernal donde se reduce la voluntad individual a su mínima expresión). La segunda parte -más convencional pero igual de demoledora- se ocupa de la lucha en el campo de batalla durante la guerra en Vietnam. Kubrick, de nuevo desplegando un talento sin igual, vuelve a proponer otra visión descorazonadora e implacable en su reflexión sobre el ser humano, entregando un feroz alegato contra la alienación del hombre como soldado y la sinrazón de la guerra. Un film magistral despertador de conciencias.

sábado, 24 de marzo de 2012

El Patriota

Joel Schumacher: jamás deja que de pequeños detalles como el rigor histórico o el sentido común le estropeen la comercialidad de la película que esté rodando. Si la gente quiere ver al presidente de EEUU pilotando un F18 contra alienígenas, pirámides voladoras, egipcios contra mamuts o a Will Smith hostiando a un marciano, pues se ajusta un poco el guión y listo, problema resuelto. Desconozco si esa bipolaridad le provoca algún cargo de conciencia, pero estoy seguro de que no es nada que no se pueda superar mirando a final de mes el extracto de la cuenta bancaria.

Probablemente, "El Patriota" es la más contenida de sus películas, o por lo menos la que menos profana la parte histórica. De hecho, casi se puede decir que la profana lo mínimo imprescindible para conseguir ese 100% de espectacularidad que su filosofía le obliga a proporcionar y, en lugar de profanación se puede hablar de las típicas licencias literarias que exaltan los valores de democracia, libertad y honestidad norteamericanas (a estas alturas eso no puede molestar demasiado a nadie) o "pulen" las biografías de los protagonistas (inspirados en personajes reales) para eliminar ciertos aspectos polémicos o para potenciar su faceta perversa.

Supongo que en esta ocasión Joel consideró que con un guión que da tantas vueltas y que tiene batallas, venganzas, enamoramientos, más batallas y contravenganzas llegaba y sobraba para mantener entretenido al espectador las dos horas y media que dura la película sin necesidad de meter elementos fantásticos (ejem, vale, sí, el tomahawk-boomerang sobraba). Por si eso no llegaba, ha prestado un especial cuidado a la ambientación (fotografía, vestuario, armamento...) con espectaculares batallas en medio de idílicas campiñas. Todo es técnicamente impecable.

Interpretativamente no hay mucho que contar. Mel Gibson hace de lo de siemp... quiero decir, de vengador justiciero atormentado en plan "yo no quería, han sido las circunstancias las que me han obligado a masacrar casacas rojas" y, como lo hace estupendamente y no tengo nada en contra de que cada uno haga lo que mejor sabe hacer (a mí me la sopla eso de los retos interpretativos) pues me parece estupendo. Lo mismo se puede decir de Heath Ledger, de Tom Wilkinson y del chico raro que también sale en Everwood... Aunque en realidad sí que hay algo que contar: Jason Isaacs (el pollo que hace de malo) borda su papel transmitiendo maldad, elegancia y cinismo sin despeinarse, sin mover una ceja, sólo con la mirada. Es uno de esos casos de acierto total en la elección del actor para el papel: todo un villano a la medida del superhéroe que es Mel.

Una gran película. No es una lección de historia (ni lo pretende), no es una biografía (ni lo pretende) y no es cine de culto (ni lo pretende, por Dios), pero es de esas películas espectáculares que se dejan ver una y otra vez.


TÍTULO ORIGINAL The Patriot
AÑO 2000




DIRECTOR Roland Emmerich
GUIÓN Robert Rodat
MÚSICA John Williams
FOTOGRAFÍA Caleb Deschanel
REPARTO Mel Gibson, Heath Ledger, Joely Richardson, Jason Isaacs, Chris Cooper, Tcheky Karyo, Rene Auberjonois, Tom Wilkinson, Lisa Brenner, Gregory Smith, Logan Lerman
PRODUCTORA Columbia Pictures
PREMIOS 2000: 3 nominaciones al Oscar: Mejor sonido, fotografía, banda sonora original
GÉNERO Aventuras. Bélico. Drama | Cine épico. Guerra de Independencia Americana. Siglo XVIII
SINOPSIS Año 1776, Guerra de Independencia entre los colonos de Nueva Inglaterra y las tropas de Jorge III (1760-1820). En Carolina del Sur, el viudo Benjamin Martin (Mel Gibson), heroico soldado en Francia y en la India, renuncia a combatir para cuidar de sus siete hijos. Pero la pacífica vida de la familia Martin se ve alterada cuando Gabriel (Heath Ledger), el hijo mayor, se alista en el ejército; mientras tanto su padre se esfuerza por sacar adelante a la prole. Sin embargo, los británicos, al mando del cruel coronel Tavington (Jason Isaacs), llegarán hasta las puertas de su casa poniendo en peligro a toda la familia.

Cold Mountain


La guerra es lo que tiene. Entre otras características nefastas, es un monstruo que destroza a la gente, que desintegra el orden normal de las cosas, que pone bocabajo y patas arriba todo lo conocido y familiar, lo que es querido y que da seguridad, tranquilidad. Esa certeza, frágil, sí, pero tan imprescindible, de contar con un suelo estable que se mantendrá en su lugar, con unos espacios vitales que están ahí un día, y otro, y siempre, con sus coordenadas y sus referencias. Pero, ante todo, de estar seguro de que al volver a casa nos estarán esperando como de costumbre, de que el hogar sigue siendo nuestro núcleo, ese seno que es una prolongación de nosotros, o nosotros una prolongación de él.
La guerra deshace el orden cotidiano, rompe coordenadas, agarraderos, puntos de apoyo en los que se cifran vidas completas. Suspende en el aire el miedo y provoca una onda expansiva de caos. Nada será como era.
Las familias pierden a sus hijos, a sus maridos, a sus padres, a otros parientes y a sus amigos. Los recién enamorados ven truncada la plena consumación de su amor. Muchos muchachos marchan al frente, arrebatados de los brazos que apenas han llegado a acariciar, de los labios que han tenido que besar apresuradamente, apasionadamente, vertiendo en ellos un concentrado y fiero deseo, como si quisieran que el ardor del tacto se grabara en la carne y la sensación de fuego no desapareciera ni en los peores rigores del combate, ni en la peor desesperación de la amada que aguarda sin tener más que esperanza.
Porque en esa situación están Ada e Inman, dos enamorados que se han comunicado sus sentimientos con pocas palabras y con abundancia de miradas tímidas pero ardientes, y un ansia de buscarse el uno al otro, de hacerse los encontradizos. Ella, la hija del nuevo reverendo local, educada como una dama pero de espíritu sencillo, no duda en idear algún pretexto para aproximarse al silencioso pero turbador mozo, y éste, venciendo su natural timidez de hombre escasamente mundano, no duda en hacer lo mismo que ella.
Por supuesto, el conflicto de la Secesión interrumpirá el desarrollo normal de este amor en ciernes y arrancará de ambos una certeza confirmada por la intuición: a partir de ese momento, dedicarán cada minuto a esperar el reencuentro. Respirarán a través de las palabras que se oyeron pronunciar el uno al otro, de las cartas que leerán hasta aprenderlas de memoria, de un libro que ella le regaló, de los retratos que se intercambiaron. A través de las millas y del tiempo, un hilo está tendido entre corazón y corazón. Él lo tocará para darse ánimos cuando el fango encharcado con la sangre de sus congéneres lo inunde, cuando el fin de todo su mundo esté a las puertas. Ella lo tocará para darse ánimos cuando el desamparo y el feroz invierno la sorprendan en una casa vacía y comida de deterioro, que luchará por desterrar con la ayuda de una curtida y deslenguada nueva amiga que cae como una bendición.
La relación amorosa en espera se tiende de un lado al otro entre el viaje de pesadilla de Inman para regresar a Ada, entre la monstruosidad de la guerra, la ponzoña de la naturaleza humana que suele sacar lo peor cuando todo se ha derrumbado, con pocas excepciones de personas que siguen conservando sus principios y capaces aún de ofrecer una mano al prójimo necesitado.
Ese amor vuela suavizando los bordes cortantes de la desdicha, para él caminando con contratiempos pero inexorablemente hacia Cold Mountain, y para ella acechada por la pobreza y transformándose en una mujer que trabaja muy denodadamente y aguantando los mordiscos de la añoranza, de los retorcidos entramados de una guerra que no ha pedido, y del pánico a no verle más.
Un romance épico que no es redondo, que peca de unos cuantos altibajos, pero que puede gustar a quienes disfrutan de estos amores llenos de dificultades, castigados pero no aplastados por el retumbar de la artillería.

TÍTULO ORIGINAL Cold Mountain
AÑO 2003




DIRECTOR Anthony Minghella
GUIÓN Anthony Minghella (Novela: Charles Frazier)
MÚSICA Gabriel Yared
FOTOGRAFÍA John Seale
REPARTO Jude Law, Nicole Kidman, Renée Zellweger, Brendan Gleeson, Ray Winstone, Donald Sutherland, Natalie Portman, Philip Seymour Hoffman, Giovanni Ribisi, Jena Malone, Eileen Atkins, Kathy Baker, James Gammon, Charlie Hunnam, Jack White, Lucas Black, Ethan Suplee, Taryn Manning, Melora Walters, Cillian Murphy, Richard Brake, Emily Deschanel
PRODUCTORA Miramax Films presenta una producción Mirage Enterprises / Bona Fide
WEB OFICIAL http://www.miramax.com/cold_mountain/index.html
PREMIOS 2003: Oscar: Mejor actriz secundaria (Renée Zellweger). 7 Nominaciones
2003: Globo de Oro: Mejor actriz secundaria (Renée Zellweger). 8 nominaciones
2003: 2 premios BAFTA: Mejor música, actriz secundaria (Zellweger). 13 nominaciones
2003: National Board of Review: Mejor guión adaptado
GÉNERO Romance. Drama. Bélico | Drama romántico. Guerra de Secesión. Cine épico. Siglo XIX
SINOPSIS Adaptación de una novela de Charles Frazier. A punto de terminar la Guerra Civil americana (1861-1865), Inman (Jude Law), un soldado confederado herido en los últimos días de la guerra, vive una auténtica odisea para regresar a su casa de Cold Mountain (Carolina del Norte) y reunirse con su prometida Ada (Nicole Kidman), que lleva años esperándolo. En su ausencia, Ada tiene que afrontar enormes dificultades para sobrevivir, pero consigue sacar adelante la granja de su padre con la ayuda de Ruby (Zellwegger), una intrépida y voluntariosa joven.

Tiempos de gloria

Drama antibelicista ambientado durante la Guerra de Secesión americana y centrada en la participación de soldados de color en las fuerzas de La Unión. El gran Denzel Washington, que ya había trabajado en varias películas anteriormente, consiguió un merecido Oscar al mejor actor secundario. Muchas estatuillas de la Academia de los Premios Americana pasan por resultar a la postre intrascendentes, pero afortunadamente este premio ayudó al gran actor de color a ser cabeza de cartel de multitud de producciones a partir de ese momento, convirtiéndose en uno de los grandes nombres americanos de los noventa.

TÍTULO ORIGINAL Glory
AÑO 1989




DIRECTOR Edward Zwick
GUIÓN Kevin Jarre
MÚSICA James Horner
FOTOGRAFÍA Freddie Francis
REPARTO Matthew Broderick, Denzel Washington, Cary Elwes, Morgan Freeman, Bob Gunton, Andre Braugher, Jay O. Sanders, JD Cullum, Cliff De Young, Donovan Leitch, Jihmi Kennedy, Jane Alexander, Bill Nunn, Kevin Jarre
PRODUCTORA Tri-Star
PREMIOS 1989: 3 Oscars: Mejor actor secundario (Denzel Washington), fotografía, sonido. 5 nominaciones
GÉNERO Bélico. Drama | Guerra de Secesión. Racismo. Siglo XIX
SINOPSIS Entre 1861 y 1865 tuvo lugar la Guerra de Secesión que enfrentó al ejército confederado (Sur) con las tropas de la Unión (Norte). Los militares del Norte eran reacios a reclutar negros y armarlos para luchar contra el Sur; pero, finalmente, se aprobó una ley que lo permitía. El regimiento 54 de Massachusetts fue el primero y el más valeroso de los batallones formados por negros, y el Coronel Robert Gould Shaw fue el encargado de organizarlo.

El nacimiento de una nación

 La obra maestra de Giffith sólo puede describirse recurriendo a los superlativos. Es, en gran medida, el origen del lenguaje cinematográfico: apenas veinte años después de la invención del cine, Griffith utiliza con una sabiduría de experto el primer plano, el montaje paralelo, el flash back y la profundidad de campo; y, por si fuera poco, sienta las bases de la narrativa y la tensión dramática del cine clásico de Hollywood. Pero además, “El nacimiento de una nación” tiene, casi noventa años después, interés por sí misma. La historia de los Estados Unidos durante y después de la guerra civil americana está soberbiamente contada a partir de la relación entre dos familias del Norte y del Sur, con escenas memorables que van del intimismo de un paseo de enamorados a la grandiosidad de una batalla a campo abierto. Lamentablemente, la película es también de un racismo sangrante. No sólo se hace apología del Ku Klux Klan a lo largo de todo su último tercio, sino que los negros (¡interpretados por actores blancos con las caras pintadas!) son retratados de forma absolutamente atroz, en un discurso que habría firmado encantado, un par de décadas después, el mismísimo Hitler (se menciona expresamente el carácter “ario” de la raza blanca). Pero, si se puede hacer abstracción de ello, la película se convierte en un espectáculo visual y narrativo realmente conmovedor.
 
TÍTULO ORIGINAL The Birth of a Nation
AÑO 1915




DIRECTOR D.W. Griffith
GUIÓN D.W. Griffith & Frank E. Woods (Novela: Thomas F. Dixon Jr.)
MÚSICA Película muda (Joseph Carl Breil)
FOTOGRAFÍA G.W. Bitzer (B&W)
REPARTO Lillian Gish, Mae Marsh, Henry B. Walthall, Miriam Cooper, Mary Alden, Ralph Lewis, George Siegmann, Walter Long, Robert Harron, Wallace Reid, Joseph Henabery, Elmer Clifton, Josephine Crowell, Spottiswoode Aitken, George Beranger
PRODUCTORA David W. Griffith Corp.
GÉNERO Drama | Histórico. Racismo. Cine épico. Cine mudo. Guerra de Secesión. Siglo XIX
SINOPSIS Clásico del cine mudo que narra los acontecimientos más importantes de la creación de los Estados Unidos de América: la guerra civil, el asesinato de Lincoln, etc. Ha sido tachada de racista por su glorificación del Ku Klux Klan, pero tiene el mérito de ser la primera película que cuenta una historia de modo coherente: hasta ese momento una película era un conjunto de escenas con muy poca relación entre sí. Obtuvo un enorme éxito en su tiempo.