El comienzo es impactante, impecable técnicamente. Una explosión
magnífica. Resulta alentador que la directora no eche mano al fácil
recurso de la truculencia, los gritos histéricos y la retahíla de tacos
que suele acompañar a este tipo de secuencias. Últimamente, los
marines-rangers, etc. suelen ser presentados como una pandilla de
tarados.
Utiliza en exceso, quizás, el recurso al reencuadre y a la cámara nerviosa. ¿Alguien se ha parado a pensar que en una situación de extrema tensión todo parece detenerse? El tiempo se clava, inamovible. Todo lo contrario de lo que sugiere el vertiginoso juego de cámaras y bombardeo de planos. Desde luego, es efectivo, pero ¿realista?
En tierra hostil ofrece una interesante aproximación al conflicto armado
iraquí y durante la primera hora uno se queda pegado a la butaca,
conteniendo el aliento al darse cuenta de que hay que tener muchos
huevos o estar como una chota para pertenecer a un gremio tan heroíco y
suicida como el de los artificieros. Kathryn Bigelow firma un trabajo
brutal. Alterna primeros planos y planos detalle con tomas generales.
Escenarios claustrofóbicos al aire libre que consiguen que estemos
alertas de lo cercano mientras lo lejano, es decir, lo que rodea al
héroe, se presenta amenazante y con menos distancia de la que se le
presupone. Y lo rueda excepcionalmente. El espectador está tan pendiente
de lo que el artificiero tiene delante, como de lo que tiene detrás,
ejerciendo una sensación de agobio raras veces vista en una película
bélica. Contienes el aliento, puede que explote, puede que no. Ese
"puede" es la piedra angular sobre la que gira este notable film bélico.
Los personajes son fuertes y carismáticos; poseen una humanidad cercana,
en las antípodas de los tediosos diálogos filosóficos para besugos tan
en boga durante la última década. Están ahí porque les gusta desactivar
bombas, guerreros animalizados hasta el límite que ni siquiera
encuentran su sitio en el ejército salvo desarrollando la labor más
arriesgada. Parias de la vida en sociedad que se refugian en la fina
línea del delirio para escapar de unas realidades para ellos mucho más
dolorosas y complicadas como la familia o el retorno al mundo
civilizado. La última escena del film brilla con luz propia y disipa
cualquier resquicio amoral sobre la devoción de los artificieros por su
trabajo: viven para evitar muertes, arriesgando la suya sin preguntar
demasiado.
-Soldado, ¿cuántas bombas ha desactivado?
-857 señor.
-Dios, estoy hablando con un animal. Déjeme estrecharle la mano. Es usted un verdadero animal.
Lo que deja claro En tierra hostil es que hay muy pocas personas con el estómago suficiente como para exponer la vida de esa manera dibujando personajes quijotescos muy atractivos para el espectador. Sin embargo, en su segunda parte adolece de la tensión narrativa y visual de la primera, salvo por la brillante secuencia del hombre bomba en la que comprendemos ipso facto que esas situaciones no son fruto de la mente de un guionista, sino el pan de cada día en la post Iraq de Sadam.
De todos modos, siempre es bueno recordar que los combatientes iraquíes que aparecen en el film únicamente son villanos para el ejército y el pueblo estadounidense, y al menos se agradece a K. Bigelow que no haya sido tentada por el fácil recurso de la estereotipación con la que algunos de sus colegas (ex incluídos) nos tienen acostumbrados en la mayoría de sus obras. El enemigo es el yankee y a por él van, con miradas heladas y fugaces, escudándose en una sociedad civil que los detesta tanto como ellos. Sí, es una tierra hostil. Muy hostil.
-Soldado, ¿cuántas bombas ha desactivado?
-857 señor.
-Dios, estoy hablando con un animal. Déjeme estrecharle la mano. Es usted un verdadero animal.
Lo que deja claro En tierra hostil es que hay muy pocas personas con el estómago suficiente como para exponer la vida de esa manera dibujando personajes quijotescos muy atractivos para el espectador. Sin embargo, en su segunda parte adolece de la tensión narrativa y visual de la primera, salvo por la brillante secuencia del hombre bomba en la que comprendemos ipso facto que esas situaciones no son fruto de la mente de un guionista, sino el pan de cada día en la post Iraq de Sadam.
De todos modos, siempre es bueno recordar que los combatientes iraquíes que aparecen en el film únicamente son villanos para el ejército y el pueblo estadounidense, y al menos se agradece a K. Bigelow que no haya sido tentada por el fácil recurso de la estereotipación con la que algunos de sus colegas (ex incluídos) nos tienen acostumbrados en la mayoría de sus obras. El enemigo es el yankee y a por él van, con miradas heladas y fugaces, escudándose en una sociedad civil que los detesta tanto como ellos. Sí, es una tierra hostil. Muy hostil.
La mejor frase: -Si voy a morir, prefiero estar cómodo.
TÍTULO ORIGINAL | The Hurt Locker |
---|---|
AÑO | 2008 |
DIRECTOR | Kathryn Bigelow |
GUIÓN | Mark Boal |
MÚSICA | Marco Beltrami, Buck Sanders |
FOTOGRAFÍA | Barry Ackroyd |
REPARTO | Jeremy Renner, Anthony Mackie, Brian Geraghty, Guy Pearce, Ralph Fiennes, David Morse, Christian Camargo, Evangeline Lilly |
PRODUCTORA | Summit Entertainment / First Light Production / Kingsgate Films |
WEB OFICIAL | http://thehurtlocker-movie.com/ |
PREMIOS | 2009: 6 Oscars, incluyendo mejor película y dirección. 9 nominaciones 2009: 3 nominaciones al Globos de Oro: Mejor película drama, director, guión 2009: 6 Premios BAFTA, incluyendo película, director y guión. 8 nominaciones 2009: Critics Choice Awards: Mejor película 2009: Asociación de Críticos de Los Angeles: Mejor película y director 2008: Festival de Venecia: Premio SIGNIS. Nominada al León de Oro |
SINOPSIS | En Irak, una unidad de élite de artificieros norteamericanos actúa en una caótica ciudad donde cualquier persona puede ser un enemigo y cualquier objeto, una bomba. El jefe del grupo, el sargento Thompson, muere en el transcurso de una misión y es sustituido por el impredecible y temerario sargento William James (Jeremy Renner). Cuando falta poco para que la brigada sea relevada, el imprudente comportamiento de James hará que dos de sus subordinados, se planteen seriamente el riesgo que corren. |
CRÍTICAS |
---------------------------------------- "Aquí está la película sobre la guerra de Irak para aquellos que no les gustan las películas sobre la guerra de Irak. (...) Bigelow ha hecho un drama incendiario que te sacude de maneras que no ves venir. (...) ." (Peter Travers: Rolling Stone) ---------------------------------------- "Una película casi perfecta. (...) Jeremy Renner lentamente se revela con la fuerza, la confianza y la impredecibilidad de un joven Russell Crowe." (Richard Corliss: Time) ---------------------------------------- "Un film bélico fascinante (...) La película se mete en la mente de un hombre. (...) una gran e inteligente película (...) " (Roger Ebert: Chicago Sun-Times) ---------------------------------------- "Una película tensa y áspera, que te contagia la adrenalina que emborracha a sus personajes. (...) Bigelow no hace discursos morales (...) rebosa veracidad, suspense de primera clase, terror." (Carlos Boyero: Diario El País) ---------------------------------------- "La directora ha sabido dejar a un lado las razones que llevaron a los soldaditos americanos a la guerra y se ha concentrado, con minuciosidad y un sentido físico admirable, en el día a día de la patrulla de artificieros protagonista. (...) Puntuación: **** (sobre 5)." (Antonio Weinrichter: Diario ABC) ---------------------------------------- "[Bigelow] privilegia lo sensorial por encima de toda tentación de discurso. (...) Película tensa, soberbia y magistral (...) quizá no sea la película definitiva sobre la guerra de Irak, pero, de momento, es la que mejor permite sentirla." (Jordi Costa: Diario El País) ---------------------------------------- "Cabría acusar a Bigelow de no mojarse (...) pero el músculo de su puesta en escena, el extremo dominio de la forma, es lo suficientemente hipnótico para clavarnos, callados, en la butaca. (...) ." (Sergi Sánchez: Fotogramas) ---------------------------------------- "Una explosión de suspense. (...) a fuerza de crear una atmósfera irrespirable, [Bigelow] consigue que sintamos el vértigo, la tensión y el subidón de adrenalida de la primera línea de fuego. (...) ." (Alberto Luchini: Diario El Mundo) ---------------------------------------- |
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