Emocionantísima historia sobre soldados, más que bélica; con pocos alardes ténicos, pero con solidez y buen hacer.
Debo decir que la historia, a pesar de las opiniones que he leído, no me parece especialmente original: un grupo de doce tipos del ejército estadounidense infiltrados tras las filas enemigas durante la segunda guerra mundial para matar alemanes ya es algo que habíamos visto hacer, y con trasfondo argumental mucho mejor, en películas como "Los Cañones de Navarone" y en tantas otras.
Sin embargo, es la constitución y evolución del grupo de soldados lo que hace que la película encante.
Paradójicamente, la guerra fingida puede resultar mucho más interesante que la guerra real, lo cual no deja de ser un alivio para los nervios. La calma nos permite disfrutar observando divertidos cómo las maniobras van sucediéndose con exactitud hasta, como en una partida de damas, disfrutar emocionado la carambola final.
¡Ah! Luego está la guerra real, pero esa es como en todas las películas.
Debo decir que la historia, a pesar de las opiniones que he leído, no me parece especialmente original: un grupo de doce tipos del ejército estadounidense infiltrados tras las filas enemigas durante la segunda guerra mundial para matar alemanes ya es algo que habíamos visto hacer, y con trasfondo argumental mucho mejor, en películas como "Los Cañones de Navarone" y en tantas otras.
Sin embargo, es la constitución y evolución del grupo de soldados lo que hace que la película encante.
Paradójicamente, la guerra fingida puede resultar mucho más interesante que la guerra real, lo cual no deja de ser un alivio para los nervios. La calma nos permite disfrutar observando divertidos cómo las maniobras van sucediéndose con exactitud hasta, como en una partida de damas, disfrutar emocionado la carambola final.
¡Ah! Luego está la guerra real, pero esa es como en todas las películas.
Uno, llegamos al puente sin ruido alguno.
Dos, los centinelas estrangulados.
Tres, para el coche a la entrada de través.
Cuatro, Wladislaw y el Mayor entran con mucho teatro.
Cinco, Pinkley fuera vigila con ahínco.
Seis, el mayor ata la cuerda para que trepéis.
Siete, Wladislaw se ocupa de que se sujete.
Ocho, Jiménez trepa un tanto pocho.
Nueve, trepa Maggot si Jiménez no se mueve.
Diez, Sawyer y Gilpin los cubren a su vez.
Once, Bowren guarda quieto como una estatua de bronce.
Doce, el Mayor mina el sótano si nadie le reconoce.
Trece, Frankie sube si nada lo entorpece.
Catorce, hora cero: Jiménez destruye la antena y Frankie corta el teléfono.
Quince, penetra Frankie con astucia de lince.
Dieciséis, salid todos corriendo o si no volareis.
Sin duda, una de las mejores películas bélicas de la historia. Una historia original cuya trama nos envuelve hasta el final de la película. Gran reparto lleno buenas actuaciones y aderezado con diálogos ingeniosos y divertidos.
Dos, los centinelas estrangulados.
Tres, para el coche a la entrada de través.
Cuatro, Wladislaw y el Mayor entran con mucho teatro.
Cinco, Pinkley fuera vigila con ahínco.
Seis, el mayor ata la cuerda para que trepéis.
Siete, Wladislaw se ocupa de que se sujete.
Ocho, Jiménez trepa un tanto pocho.
Nueve, trepa Maggot si Jiménez no se mueve.
Diez, Sawyer y Gilpin los cubren a su vez.
Once, Bowren guarda quieto como una estatua de bronce.
Doce, el Mayor mina el sótano si nadie le reconoce.
Trece, Frankie sube si nada lo entorpece.
Catorce, hora cero: Jiménez destruye la antena y Frankie corta el teléfono.
Quince, penetra Frankie con astucia de lince.
Dieciséis, salid todos corriendo o si no volareis.
Sin duda, una de las mejores películas bélicas de la historia. Una historia original cuya trama nos envuelve hasta el final de la película. Gran reparto lleno buenas actuaciones y aderezado con diálogos ingeniosos y divertidos.
EL director Robert Aldrich nos ofrece la que suele estár considerada
como una de las mejores películas bélicas cuando curiosamente es un film
que rompe frontalmente con los esquemas habituales del cine bélico.
Tradicionalmente el cine bélico procuraba ensalzar algún acto heróico individual o acción de guerra colectiva, sobretodo con fines propagandísticos. Este tipo de cine tuvo su apogeo en los años 40 muy ligado a la participación de los norteamericanos en la II Guerra Mundial, y en la década posterior se dedicaron mayoritariamente a narrar sus grandes victorias. Sin embargo en los años 60, con la guerra del Vietnam sacudiendo las conciencias norteamericanas, las cosas empezaron a cambiar. Y el cine bélico no iba a ser una excepción.
La historia (totalmente ficticia y sin ninguna base real) del comandante Reisman (Lee Marvin) que reúne a un grupo de condenados a muerte para realizar una misión suicida en plena II Guerra Mundial, no parece precisamente un film muy propagandístico. Sin embargo Aldrich consiguió imprimir al film las suficientes dosis de acción, humor (con algunos pasajes ciertamente hilarante y muy divertidos) y emoción como para que el espectador se sintiera capturado en esta especie de film anti-bélico.
Tradicionalmente el cine bélico procuraba ensalzar algún acto heróico individual o acción de guerra colectiva, sobretodo con fines propagandísticos. Este tipo de cine tuvo su apogeo en los años 40 muy ligado a la participación de los norteamericanos en la II Guerra Mundial, y en la década posterior se dedicaron mayoritariamente a narrar sus grandes victorias. Sin embargo en los años 60, con la guerra del Vietnam sacudiendo las conciencias norteamericanas, las cosas empezaron a cambiar. Y el cine bélico no iba a ser una excepción.
La historia (totalmente ficticia y sin ninguna base real) del comandante Reisman (Lee Marvin) que reúne a un grupo de condenados a muerte para realizar una misión suicida en plena II Guerra Mundial, no parece precisamente un film muy propagandístico. Sin embargo Aldrich consiguió imprimir al film las suficientes dosis de acción, humor (con algunos pasajes ciertamente hilarante y muy divertidos) y emoción como para que el espectador se sintiera capturado en esta especie de film anti-bélico.
El comandante Reisman es un oficial estadounidense que se ha distinguido
en la campaña de Italia, durante la Segunda Guerra Mundial. A pesar de
ello, su mayor virtud no es la disciplina; de ahí que las relaciones con
sus superiores sean más bien tensas. Sin embargo, debido a su brillante
historial militar, no dudan en encargarle una misión suicida: asaltar
una fortaleza nazi y matar a sus ocupantes, todos ellos altos mandos del
régimen. Para ello debe someter a un duro entrenamiento a doce
presidiarios.
TÍTULO ORIGINAL | The Dirty Dozen |
---|---|
AÑO | 1967 |
DIRECTOR | Robert Aldrich |
GUIÓN | Nunnally Johnson & Lukas Heller |
MÚSICA | Frank DeVol (AKA Frank De Vol) |
FOTOGRAFÍA | Ted Scaife |
REPARTO | Lee Marvin, Charles Bronson, John Cassavetes, Ernest Borgnine, George Kennedy, Ralph Meeker, Donald Sutherland, Telly Savalas, Jim Brown, Richar Jaeckel, Trini Lopez, Robert Ryan, Clint Walker, Robert Webber |
PRODUCTORA | Metro-Goldwyn-Mayer |
PREMIOS | 1967: Oscar: Mejores efectos de sonido. 4 nominaciones |
CRÍTICAS |
---------------------------------------- "Un reparto de quitarse el sombrero, una historia deslumbrante y un director en estado de gracia para una película que combina espectáculo y arte" (Gregorio Belinchón: Diario El País) ---------------------------------------- "Obra maestra del género. El reparto, de lo mejor de la historia del cine" (Fernando Morales: Diario El País) ---------------------------------------- |
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