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sábado, 7 de julio de 2012

Corresponsales de guerra IV


Casi todas las imágenes que conocemos de la II guerra mundial son en blanco y negro. Hemos visto el escaso material en color, con los uniformes verdes, grises y caquis, el camuflaje de los carros de combate, el rojo de la sangre, los tonos verdes y marrones de los campos de batalla o los suaves grises de una ciudad destruida, en contraposición a la monotonía visual del blanco y negro, y nos hemos preguntado: ¿Porque, en una época en la que estaba en pleno auge, no se utilizó el color? La respuesta no es sencilla. Es cierto que su uso para fines comerciales era común desde finales de los años treinta, pero a pesar de evaluarlo para fines militares, se concluyó que a pesar de sus ventajas, también tenia serios inconvenientes. Uno de los más graves era la carencia de laboratorios de revelado. Mientras los rollos normales se enviaban a laboratorios de la retaguardia, los de color debían enviarse a la metrópoli, lo que suponía más tiempo entre la exposición y la publicación. El revelado debía hacerse con más delicadeza y precisión para obtener tonalidades naturales. Asimismo, la película necesitaba unas condiciones optimas de luz para sacarle todo su provecho, y la guerra no siempre las proporciona, por lo que trabajar en un día nublado, o con el sol de frente producía pobres resultados. El precio y la escasez, sobre todo en los primeros años de guerra, jugaban igualmente en contra de este formato, siendo mucho mas caro que el blanco y negro (igualmente difícil de obtener en cantidades suficientes). 


Otro tanto ocurrió en el caso del cine. El estándar era 35 mm y cambiar a la versión en color (technicolor) implicaba el uso de aparatos mayores, ya que la película constaba de tres bandas que pasaban simultáneamente por el mecanismo de la cámara, haciéndola demasiado aparatosa. Finalmente se decidió usar la Bell&Howell “FILMO” de 16 mm con película kodachrome por su peso, su menor consumo de material, y por que dicho formato permitía hacer copias tanto de celuloide como de fotogramas sueltos en 35 mm sin perder la resolución. No obstante, el peso de la tradición hizo que el estándar se mantuviera y solamente se efectuaron “proyectos especiales” en color. Así, John Ford lo utilizó en su misión del registro del desembarco de Normandía, aunque la mayoría fue destruido por la censura después de la guerra, quedando solo pequeños fragmentos sueltos. William Wyler también lo usó en su magnifico The Memphis Belle sobre la vigesimoquinta y última misión de un bombardero estadounidense B-17 sobre Alemania. Este documental se produjo en color después de que los mandos de la USAAF hubiesen visto las imágenes filmadas por los marines en el Pacifico y, contrariados por no haberlo usado ellos antes, ordenaron que se filmara en esa configuración. 


Algo distinto ocurrió en el caso del director de cine George Stevens, que fue asignado por el general Eisenhower para filmar el avance aliado desde Normandía a Berlín con una unidad especial, la SPECOU (special coverage unit) del U.S. Signal Corps, aunque a las ordenes directas del SHAEF (cuartel general supremo de las fuerzas expedicionarias aliadas). A pesar de que oficialmente se le ordenó que tomara imágenes en blanco y negro de 35 mm, se llevó una “FILMO” y registró simultáneamente un pequeño “diario” de su aventura. Entre otras memorables escenas, podemos disfrutar de la liberación de París a todo color o la dureza de las escenas que encontraron los aliados al liberar el campo de concentración de Dachau. A medida que los rollos de Kodachrome eran usados, los enviaban a casa.  


Quedaron almacenados en un rincón de su estudio hasta su muerte, tras la cual su hijo los descubrió, utilizándolos para elaborar un documental llamado Victory in Europe (Victoria en Europa) y un libro del mismo título. 


En la segunda mitad de la contienda podemos ver más imágenes en color, tanto aliadas como alemanas, debido a la superación los problemas técnicos, su importancia para la inteligencia militar y el clamor de las agencias de prensa en contar con este material. Del lado aliado fue el cuerpo de marines el que antes se dio cuenta del impacto del color. Ya a finales del conflicto se ordenó a todas las unidades utilizarlo casi exclusivamente, razón por la cual las operaciones en el frente del pacifico cuentan con más documentales registrados en este formato, como los mencionados To the shores of Iwo Jima o The battle of Midway.




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