TÍTULO ORIGINAL
Gekido no showashi: Okinawa kessen
AÑO
1971
Gekido no showashi: Okinawa kessen
AÑO
1971
GUIÓN
Ryozo Kasahara, Kaneto Shindô
Ryozo Kasahara, Kaneto Shindô
MÚSICA
Masaru Satô
Masaru Satô
FOTOGRAFÍA
Hiroshi Murai
Hiroshi Murai
REPARTO
Keiju Kobayashi, Yuzo Kayama, Tetsuro Tamba, Tatsuya Nakadai, Mayumi Ozora, Katsuhiko Sasaki, Kenji Sahara, Eisei Amamoto, Ryo Ikebe, Ichirô Nakatani
Keiju Kobayashi, Yuzo Kayama, Tetsuro Tamba, Tatsuya Nakadai, Mayumi Ozora, Katsuhiko Sasaki, Kenji Sahara, Eisei Amamoto, Ryo Ikebe, Ichirô Nakatani
PRODUCTORA
Toho Company
Toho Company
SINOPSIS
Recreación desde el punto de vista japonés de la batalla de Okinawa, una de las más sangrientas de la campaña del Pacífico.
Recreación desde el punto de vista japonés de la batalla de Okinawa, una de las más sangrientas de la campaña del Pacífico.
La Batalla de Okinawa, cuyo nombre clave era Operación Iceberg, se libró en la isla de Ryukyu de Okinawa y fue el mayor asalto anfibio en la Guerra del Pacífico.[3] [4] Se combatió durante 82 días, desde principios de abril hasta mediados de junio de 1945. La batalla se ha denominado Tifón de Acero (en inglés: Typhoon of Steel), y lluvia de acero (Tetsu no ame) o viento violento de acero (Tetsu no Bofu) en japonés. Estas denominaciones se refieren a la ferocidad de los combates, la intensidad de los disparos, y la enorme cantidad de buques aliados y vehículos blindados que asaltaron la isla. La batalla resultó ser una de las que tuvo más víctimas, civiles y militares, en toda la Segunda Guerra Mundial: la totalidad de los fallecidos supera el cuarto de millón. Cinco divisiones del XXIV Cuerpo de los EE. UU., la 7.ª, 27.ª, 77.ª, 81.ª y 96.ª, y dos divisiones de Marines, la 1.ª y 6.ª, combatieron en la isla, mientras que la 2.ª División de Marines se mantuvo en reserva y no se planteó que desembarcara. La invasión fue respaldada por fuerzas aéreas navales, anfibias y tácticas. El objetivo principal de la operación era apoderarse de la gran isla de Okinawa a sólo 340 km de distancia del Japón. Después de una larga campaña de saltar entre islas (los estadounidenses la denominaban Island hopping), los Aliados se acercaron a Japón, y planearon usar Okinawa como base para las operaciones aéreas bajo el plan de invadir territorio japonés, cuyo nombre en clave era Operación Downfall. Finalmente los bombardeos atómicos sobre Hiroshima y Nagasaki y la entrada soviética en la guerra provocarían la rendición de Japón tan sólo unas semanas después del fin de los combates en Okinawa.
Fuerzas terrestres
Las fuerzas terrestres estadounidenses se encuadraban dentro del X Ejército, comandado por el Teniente General Simon Bolivar Buckner, Jr. El X Ejército estaba compuesto por dos cuerpos: el III Cuerpo Anfibio comandado por el Mayor General Roy Geiger, que se componía de la 1.ª y 6.ª División de Marines, y el XXIV Cuerpo bajo el mando del Mayor General John R. Hodge, que se componía de la 7.ª y 96.ª Divisiones de Infantería. La 2.ª División de Marines y el X Ejército también controlaba la 27.ª y 77.ª Divisiones de Infantería, en un principio se mantendrían en reserva. En total, el X Ejército contaba con más de 180.000 hombres, 102.000 del ejército y 81.000 del Cuerpo de Marines.
La fuerza japonesa (sobre todo defensiva) en la campaña se componía de unos 67.000 efectivos pertenecientes al 32.º Ejército y unos 9.000 efectivos de la Armada Imperial Japonesa que se encontraban en la Base Naval de Oroku (sólo unos pocos cientos de los cuales habían sido entrenados y equipados para combate terrestre), apoyados por 39.000 habitantes de las Islas Ryūkyū (incluidos 24.000 reclutados apresuradamente para la milicia llamada Boeitai y 15.000 trabajadores no uniformados). Además de 1.500 alumnos de escuelas secundarias organizados en primera línea del frente como Unidades de Voluntarios Hierro y Sangre (Iron and Blood Volunteer Units); 600 alumnas Himeyuri se organizaron en una unidad de enfermería.[5] El 32.º Ejército inicialmente consistía en la 9.ª, 24.ª y 62.ª Divisiones y la 44.ª Brigada Mixta Independiente.[2] La 9.ª División se trasladó a Taiwán antes de la invasión, dando lugar a un cambio en los planes defensivos japoneses.[2] La resistencia primaria debería de ser en el sur, comandada por el Teniente General Mitsuru Ushijima, su Jefe de Estado Mayor, el Teniente General Isamu Chō y su jefe de operaciones, Coronel Hiromichi Yahara. Yahara abogó por una estrategia defensiva, y Chō por una ofensiva. En el norte, el coronel Udo Takehido estaba al mando. Las tropas de la Armada fueron lideradas por el Contraalmirante Minoru Ōta.
Se esperaba que los estadounidenses desembarcaran de seis a diez divisiones para enfrentarse a las tres divisiones (una de ellas con solo la mitad de efectivos).
Fuerzas navales
A mediados de marzo la Armada de los Estados Unidos y sus aliados reunieron una flota compuesta por 330 buques de guerra y 1.139 buques de transporte.[6] Entre los buques de guerra se encontraban 8 portaaviones estadounidenses, los Enterprise, Essex, Intrepid, Hornet, Franklin, Bunker Hill, Cowpens, San Jacinto, 4 portaaviones de escolta, los Savo Island, Petrof Bay, Sargent Bay y Steamer Bay, 9 cruceros, 14 acorazados, y 12 destructores.[7] El esfuerzo en la ofensiva de primavera de 1945 fue mucho mayor que el de la ofensiva de la primavera anterior en Europa, durante el desembarco de Normandía, dónde los Aliados habían empleado 284 buques.[8] La mayoría de los aviones de caza, de los bombarderos en picado y de los aviones de ataque a tierra pertenecían a la Armada de los EE. UU., basados en los portaaviones. Los japoneses habían utilizado las tácticas kamikaze desde la Batalla del Golfo de Leyte, pero por primera vez se convirtieron en una parte importante de la defensa. Entre el desembarco estadounidense del 1 de abril y el 25 de mayo, se produjeron siete ataques kamikaze, en los que se utilizaron más de 1.500 aviones.
Aunque las fuerzas terrestres aliadas estaban compuestas enteramente por unidades estadounidenses, buques de la Flota Británica del Pacífico (BPF conocida en la Armada de los EE. UU. como Task Force 57) proporcionarían aproximadamente un cuarto del poder naval y aéreo de los aliados (450 aviones).[8] La TF 57 compuesta por una gran cantidad y variedad de buques, entre ellos 50 buques de guerra entre los que se encontraban los portaaviones HMS Formidable, HMS Illustrious, HMS Indomitable y HMS Victorious.[7] Las cubiertas de vuelo de los portaaviones británicos eran más pequeñas, lo que significaba que podían transportar menos aviones que un portaaviones estadounidenses, pero eran más resistentes a los ataques kamikaze. Aunque todos los portaaviones fueron proporcionados por el Reino Unido, el grupo era un combinado de la Mancomunidad de Naciones compuesta por unidades de la Marina Real Británica, Marina Real Canadiense, Marina Real Neozelandesa y Marina Real Australiana. Su misión era neutralizar los campos de aviación japoneses en la islas Sakishima y proporcionar cobertura aérea contra los ataques kamikaze japoneses.
Batalla Naval
A la Flota del Británica del Pacífico se le asignó la tarea de neutralizar los aeródromos japoneses en la islas Sakishima, lo que hizo con éxito del 26 de marzo hasta el 10 de abril. El 10 de abril su atención se desplazó a los aeródromos en el norte de Formosa. La fuerza se retiró a la Bahía de San Pedro el 23 de abril. El 1 de mayo la Flota Británica del Pacífico volvió a la acción y atacó de nuevo los aeródromos. Los portaaviones sufrieron varios ataques de kamikazes, pero gracias a las cubiertas de vuelo blindadas, estos no sufrieron daños irreparables y solo experimentaron una breve interrupción en sus misiones.[9] En los tres meses de batalla de Okinawa, los japoneses volaron en 1.900 misiones kamikaze, hundiendo a docenas de barcos aliados y matando a más de 5.000 marineros estadounidenses, al precio de 1.465 aviones kamikaze perdidos (otros 2.200 aviones japoneses y 763 aviones de estadounidenses también fueron destruidos, incluso durante la batalla en tierra). Los buques que se perdieron fueron los más pequeños, en particular los destructores de la primera línea de defensa, así como destructores de escolta y buques de desembarco. Si bien los aliados no perdieron ninguno de sus portaaviones, algunos de ellos resultaron severamente dañados. Lanchas motoras con base en tierra también fueron utilizadas en los ataques suicidas de los japoneses. La prolongada duración de la campaña bajo condiciones de estrés forzó al Almirante Chester W. Nimitz a dar un paso sin precedentes: se relevó a los principales comandantes navales para que pudieran descansar y recuperarse. La flota cambió su denominación con el relevo de los comandantes navales; así había comenzado la campaña como 5.ª Flota, comandada por el Almirante Raymond Spruance, y la finalizó como 3.ª Flota comandada por el Almirante William F. Halsey.
A la Flota del Británica del Pacífico se le asignó la tarea de neutralizar los aeródromos japoneses en la islas Sakishima, lo que hizo con éxito del 26 de marzo hasta el 10 de abril. El 10 de abril su atención se desplazó a los aeródromos en el norte de Formosa. La fuerza se retiró a la Bahía de San Pedro el 23 de abril. El 1 de mayo la Flota Británica del Pacífico volvió a la acción y atacó de nuevo los aeródromos. Los portaaviones sufrieron varios ataques de kamikazes, pero gracias a las cubiertas de vuelo blindadas, estos no sufrieron daños irreparables y solo experimentaron una breve interrupción en sus misiones.[9] En los tres meses de batalla de Okinawa, los japoneses volaron en 1.900 misiones kamikaze, hundiendo a docenas de barcos aliados y matando a más de 5.000 marineros estadounidenses, al precio de 1.465 aviones kamikaze perdidos (otros 2.200 aviones japoneses y 763 aviones de estadounidenses también fueron destruidos, incluso durante la batalla en tierra). Los buques que se perdieron fueron los más pequeños, en particular los destructores de la primera línea de defensa, así como destructores de escolta y buques de desembarco. Si bien los aliados no perdieron ninguno de sus portaaviones, algunos de ellos resultaron severamente dañados. Lanchas motoras con base en tierra también fueron utilizadas en los ataques suicidas de los japoneses. La prolongada duración de la campaña bajo condiciones de estrés forzó al Almirante Chester W. Nimitz a dar un paso sin precedentes: se relevó a los principales comandantes navales para que pudieran descansar y recuperarse. La flota cambió su denominación con el relevo de los comandantes navales; así había comenzado la campaña como 5.ª Flota, comandada por el Almirante Raymond Spruance, y la finalizó como 3.ª Flota comandada por el Almirante William F. Halsey.
Operación Ten-Go
La Operación Ten-Gō (del japonés Kyūjitai: 天號作戰, Shinjitai: 天号作戦 ten-gō sakusen) también llamada como Ten-ichi-gō (Operación Cielo Uno) fue la última operación naval japonesa en la Guerra del Pacífico durante la Segunda Guerra Mundial. En abril de 1945 el acorazado Yamato, comandado por el Almirante Seiichi Itō, junto con otros nueve buques de guerra japoneses, recibieron la orden de realizar un ataque suicida contra los aliados.[10] El Yamato y otros buques, de la Operación Ten-Go fueron descubiertos por submarinos poco después de salir de aguas japonesas,[11] y atacados por aviones embarcados en los portaaviones estadounidenses. Bajo el ataque de más de 300 aviones en un lapso de dos horas, el mayor acorazado del mundo se hundió el 7 de abril de 1945, mucho antes de que pudiera llegar a Okinawa. Los pilotos de los torpederos estadounidenses habían sido instruidos para atacar de forma eficaz, lanzando sus torpedos preferentemente a la proa o la popa, donde el blindaje se creía que era más delgado. Además del Yamato, el crucero ligero Yahagi, y cuatro de los ocho destructores también fueron hundidos. En total, la Armada Imperial Japonesa perdió unos 3.700 marineros, incluyendo al almirante Itō, a un precio de sólo diez aviones de EE. UU. y 12 aviadores.[12]
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