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martes, 16 de agosto de 2011

Uno rojo, división de choque





TÍTULO ORIGINAL The Big Red One
AÑO 1980

DIRECTOR Samuel Fuller
GUIÓN Samuel Fuller
MÚSICA Dana Kaproff
FOTOGRAFÍA Adam Greenberg


REPARTO Lee Marvin, Mark Hamill, Robert Carradine, Bobby Di Cicco, Stéphane Audran, Siegfried Rauch, Kelly Ward


PRODUCTORA Lorimar

SINOPSIS A las órdenes de su sargento, cuatro jóvenes soldados de infantería recorren los campos de batalla de media Europa.






La película está montada como una serie de pequeños actos de combate durante toda la Segunda Guerra Mundial y con cambios de escenario constantes. Pero esa dinámica también refleja una evolución en los personajes. El sargento cada vez es más humano y nihilista (aparente contradicción, pero explicable en el contexto de la guerra) y los soldados en cada esacramuza se van forjando como hombres duros. Hasta el malo nazi se muestra como un niño indefenso que quiere la paz al final de la guerra.

Además del carisma de unos personajes encabezados por un arrollador Lee Marvin, hay multitud de frases y pequeños detalles que elevan la grandeza de la película. El casco con flores del sargento, los planos de conejos y gamos, el niño italiano que no pierde el sentido común de aprovecharse de sus conocimientos a pesar de haber perdido a su madre, el loco con la metralleta, los inquietantes personajes del manicomio, el médico nazi homosexual, el bromuro en la comida para que no estén salidos los combatientes... y los continuos dilemas morales entre matar y asesinar o la venganza y la responsabilidad.

Toca muchísimos palos mientras se entretiene al espectador con las frases lapidarias del sargento y las batallas repletas de épica. El bombardeo es constante. Y la condición de outsider de Samuel Fuller, también. Zooms, primerísimos primeros planos, y su propia presencia tanto con su cameo dirigiendo un documental como con su alter ego en forma de soldado escritor que fuma puros y ejerce de narrador.

Entretenida, implacable y original.


La ESCENA:

Lee Marvin y sus muchachos las pasan putas para hacer frente a un francotirador en un castillo en ruinas. Cuando por fin logran atraparlo, resulta ser un niño que no para de alzar su brazo y decir "¡heil, Hitler!". Los subordinados quieren matarlo, pero su superior pregunta uno por uno a todos si están dispuestos a matar a un niño. Transición por corte y primer plano del niño recostado en el regazo de Lee Marvin, alzando el brazo y gritando la misma frase. El sargento le da unos azotes y pronto su "¡heil Hitler!" se convierte en un lloriqueante "¡mamaaaaa!". Las zurras que más gracia me han hecho en la historia del cine. Así es la película, llena de salidas chocantes grandiosas.


Escrita y dirigida por Samuel Fuller ("Corredor sin retorno", 1963), se basa en la experiencia de su participación en la IIGM. Se rodó en 1978, en Israel, Big Bear (San Bernardino National Forest, CA, EEUU) y King John's Castle (Irlanda). Fue nominada a la Palma de oro de Cannes. El productor fue Gene Corman y el estreno se celebró el 18-VII-1980 (EEUU).

La acción tiene lugar en 7 escenarios de la IIGM, entre 1942 y 1945. Añade un prólogo situado en Normandía en noviembre de 1918. Narra la historia de "el sargento" (Lee Marvin), un veterano de la IGM, que conduce un grupo de jóvenes soldados.

La película presenta una narración dividida en episodios, dedicados a los escenarios más calientes del frente americano en África y Europa. La visión de los hechos corresponde al punto de vista americano, el vivido por Fuller. El proyecto se concibió en los primeros años 50, pero dificultades de financiación lo aplazaron hasta finales de los 70. La compañía productora (Lorimar) asignó a la obra un presupuesto propio de un film de serie B. Este hecho y el estilo del realizador, explican que la cinta no busque la perfección y asuma deficiencias varias. La obra incorpora un número inusualmente reducido de actores en relación con films similares. Con imaginación y habilidad narrativa, se suplen deficiencias presupuestarias. La cámara muestra la fatiga de los soldados, sus angustias, su pánico a las mutilaciones, la crueldad humana y la locura de la guerra. Hace uso de elipsis (reloj del caído en la playa), sobreentendidos (color del agua de la orilla), símbolos (caballo desbocado, manicomio) y metáforas (trastorno emocional de Griff). El guión aporta afirmaciones que se enganchan a la memoria: "Podemos matar a todos los cuerdos que queramos, pero matar a locos perjudicaría nuestra imagen", "Nos dieron medallas no por ayudar a nacer un niño, sino por matar a muchos". Son escenas memorables el parto en el tanque, el niño judío agonizante, el loco que dispara un fusil ametrallador diciendo: "¡Mirad, soy como vosotros!. ¡Estoy sano!". El film ha influido en obras posteriores como "Salvar al soldado Ryan" (1998), "La delgada linea roja" (1998) y otras.

La música ofrece un acompañamiento sobrio y eficaz, exento de referencias europeas. La fotografía, de Adam Greenberg ("Terminator", 1984), enriquece el relato con una espléndida estética realista. El guión incorpora un humor negro estremecedor y un cuidado sentido del absurdo. La interpretación de Lee Marvin es una de las más destacadas de su carrera. Stephan Audran tiene una intervención tan breve como grata. La dirección aporta un brioso ritmo narrativo.

Cine de nivel, que sabe hacer de la imperfección virtud.


Los escenarios de la guerra son: Kassarine (Túnez), Sicilia, Playa Omaha (Normandía, Francia), Francia, Bélgica, Alemania y el campo de exterminio de Falkenau (República Checa).

El grupo permanente de soldados está liderado por el rubio Johnson (Kelly Ward); Griff (Mark Hamill), tirador de élite con problemas de conciencia; el simpático italoamericano Vinci (Bobby DiCiccio) y Zab (Robert Carradine), escritor, fumador de puros e imagen trasunta de Fuller.

La versión extendida, que incorpora 47 minutos al montaje de 1980, resmasterizada y retaurada digitalmente, constituye una pieza de gran interés para cinéfilos.

La secuencia final retrotrae al pasado y, en un descorazonador sobreentendido, dice que la guerra, pese a la victoria aliada, no ha terminado.


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