DIRECTOR Jack Smight
GUIÓN Donald S. Sanford
MÚSICA John Williams
FOTOGRAFÍA Harry Stradling Jr.
GUIÓN Donald S. Sanford
MÚSICA John Williams
FOTOGRAFÍA Harry Stradling Jr.
REPARTO Charlton Heston, Edward Albert, Henry Fonda, James Coburn, Glenn Ford, Robert Mitchum, Toshiro Mifune, Hal Holbrook, Cliff Robertson, Robert Wagner
PRODUCTORA Universal Pictures
SINOPSIS Segunda Guerra Mundial. En el verano de 1942 empezó la guerra naval, en la que norteamericanos y japoneses se enfrentaron por el dominio del Pacífico. Mientras la flota de portaaviones japoneses luchaba para tomar Midway y destruir las naves enemigas, las fuerzas estadounidenses, formadas por tres portaaviones y numerosos barcos de apoyo, intentaban resistir el envite.
Ningún momento de la reciente historia militar norteamericana fue más crítico que lo que empezó a ocurrir aquel 4 de junio de 1942.
Unos Estados Unidos en plena economía de guerra pero aún no preparada del todo se enfrentó a la Armada Imperial japonesa que habían ganado todas las guerras desde 1905 cuando derrotaron a la Rusia zarista. Esta fue además la última batalla ganada en inferioridad numérica y técnica por parte de los norteamericanos de su historia, a partir de este momento siempre tendrían ventajas comparativas sea cual fuere el conflicto que se tratase.
No digo que Estados Unidos hubiera perdido la SGM en caso de haber sido derrotado en Midway, pero puedo asegurar que no la hubiese ganado. Al perder el control absoluto del Pacífico, la cadena de desastres hubiera sido tremenda, ya que Hawaii hubiera caído inmediatamente y toda la costa oeste de Estados Unidos no hubiera tenido ninguna defensa naval de importancia contra los portaaviones japoneses. Es decir, la guerra la hubieran sufrido en su casa y hubieran tenido que firmar la paz, dejando a Europa sola contra los nazis. Fíjense si fue importante Midway.
En cambio el resultado fue al contrario. Las fuerzas aéreas y navales japonesas quedaron tan diezmadas, que ya todo era cuestión de tiempo, sólo eso. Y así ocurrió.
Notabilísima película bélica, de esa gran década que es para ese género los años setenta –entre la visión de la guerra Blancanieves de los sesenta o la rambiana de los ochenta-, dirigida por Jack Smight, al que el propio Charlton Heston recomendó a la Universal después de haber trabajado con él en “Aeropuerto 75” y donde se nos muestra de forma encomiable todos los detalles de lo que es la estrategia y la táctica militar, además con unas escenas de acción espléndidas para la época.
Con un reparto de campanillas, quizás algo desaprovechado –por ejemplo James Coburn, o Robert Mitchum sólo salen en un par de escenas-, la película incorpora imágenes reales de la época con otras de ficción entrelazadas con gran mérito, además de la música de John Williams perfecta para el ambiente.
Quizá la historia de amor entre la japonesa y el hijo de Heston sea poco apropiada y le reste seriedad al film, pero se trataba de darle un aire más humano y hablar del conflicto sin rencor, y lo consigue, porque a los japoneses se les trata muy dignamente, muy por encima de lo que es el cine bélico habitual.
No se pierdan estas dos horas que reproduce la batalla que pudo cambiar la historia.
Unos Estados Unidos en plena economía de guerra pero aún no preparada del todo se enfrentó a la Armada Imperial japonesa que habían ganado todas las guerras desde 1905 cuando derrotaron a la Rusia zarista. Esta fue además la última batalla ganada en inferioridad numérica y técnica por parte de los norteamericanos de su historia, a partir de este momento siempre tendrían ventajas comparativas sea cual fuere el conflicto que se tratase.
No digo que Estados Unidos hubiera perdido la SGM en caso de haber sido derrotado en Midway, pero puedo asegurar que no la hubiese ganado. Al perder el control absoluto del Pacífico, la cadena de desastres hubiera sido tremenda, ya que Hawaii hubiera caído inmediatamente y toda la costa oeste de Estados Unidos no hubiera tenido ninguna defensa naval de importancia contra los portaaviones japoneses. Es decir, la guerra la hubieran sufrido en su casa y hubieran tenido que firmar la paz, dejando a Europa sola contra los nazis. Fíjense si fue importante Midway.
En cambio el resultado fue al contrario. Las fuerzas aéreas y navales japonesas quedaron tan diezmadas, que ya todo era cuestión de tiempo, sólo eso. Y así ocurrió.
Notabilísima película bélica, de esa gran década que es para ese género los años setenta –entre la visión de la guerra Blancanieves de los sesenta o la rambiana de los ochenta-, dirigida por Jack Smight, al que el propio Charlton Heston recomendó a la Universal después de haber trabajado con él en “Aeropuerto 75” y donde se nos muestra de forma encomiable todos los detalles de lo que es la estrategia y la táctica militar, además con unas escenas de acción espléndidas para la época.
Con un reparto de campanillas, quizás algo desaprovechado –por ejemplo James Coburn, o Robert Mitchum sólo salen en un par de escenas-, la película incorpora imágenes reales de la época con otras de ficción entrelazadas con gran mérito, además de la música de John Williams perfecta para el ambiente.
Quizá la historia de amor entre la japonesa y el hijo de Heston sea poco apropiada y le reste seriedad al film, pero se trataba de darle un aire más humano y hablar del conflicto sin rencor, y lo consigue, porque a los japoneses se les trata muy dignamente, muy por encima de lo que es el cine bélico habitual.
No se pierdan estas dos horas que reproduce la batalla que pudo cambiar la historia.
La Batalla de Midway es un notable film bélico con un reparto de lo más impresionante.
Dos horas de entretenimiento puro. La película simplemente se centra en los hechos que sucedieron en la contienda de Midway, obviando prácticamente cualquier tipo de detalle. Va al grano y sin dar rodeos, una excelente muestra de estrategia y de escenas de guerra. Por ello tiene un lastre: los personajes son muy pero que muy planos, sin apenas personalidad, aunque más o menos ves quién manda. A pesar de los grandes actores que allí se encuentran: Charlton Heston, Henry Fonda, Glenn Ford, Toshiro Mifune y un par de cameos de Robert Mitchum y James Coburn, que con más protagonismo, podrían haber ensalzado aún más la cinta. Eso sí, merece la pena verlos a todos juntos.
Por lo demás, a destacar sin duda los efectos especiales y el protagonismo que se le da al bando japonés. Pocas películas tratan las batallas entre estadounidenses y japoneses dando mostrando el punto de vista de ambos, y además lo hace desde un gran respeto, sin desprestigiar la figura del bando nipón. Es más, tanto unos como otros se tienen un gran respeto y ensalzan las cualidades del rival.
En definitiva, una cinta que resulta ser un espectáculo puro en cuanto a lo visual y muy entretenida en la que no te puedes perder un detalle, pero que peca de una excesiva frialdad en el plano interpretativo.
Durante la II Guerra Mundial se libraron tres batallas claves para el desarrollo de la contienda. El desembarco aliado en Normandía, la batalla de Stalingrado, y el enfrentamiento naval en Midway entre la poderosa e invicta flota japonesa y una diezmada marina norteamericana. Del éxito o del fracaso americano en Midway, vista la historia desde la perspectiva actual, fue absolutamente determinante y supuso el giro global de la guerra a escala mundial a favor de los aliados.
El film narra fielmente los preparativos, planificación, desarrollo, ejecución y vivencias personales de los protagonistas de los dos bandos enfrentados, con una excelente visión neutral, y sin tomar partido por ninguna nación beligerante en aquélla trascendente batalla naval.
La película tiene una puesta en escena y una ambientación digna de elogio, barcos, portaaviones, aviones, tropas, material bélico, todo parece tan auténtico y real que el film nos transportará de lleno a las aguas del pacífico. También son destacables las increíbles secuencias de los enfrentamientos aéreos, con un realismo sobrecogedor.
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