traduce/translate

English plantillas curriculums vitae French cartas de amistad German documentales Spain cartas de presentación Italian xo Dutch Russian Portuguese Japanese Korean Arabic Chinese Simplified

lunes, 8 de agosto de 2011

Cartas desde Iwo Jima




TÍTULO ORIGINAL Letters From Iwo Jima AÑO 2006

DIRECTOR Clint Eastwood
GUIÓN Paul Haggis, Iris Yamahsita
MÚSICA Kyle Eastwood & Michael Stevens
FOTOGRAFÍA Tom Stern
REPARTO Ken Watanabe, Kazunari Ninomiya, Tsuyoshi Ihara, Ryo Kase, Shido Nakamura


PRODUCTORA Warner Bros. Pictures / DreamWorks Pictures presentan una producción Malpaso / Amblin Entertainment



PREMIOS 2006: 1 Oscar: Mejor sonido. 4 nominaciones, incluyendo mejor película y director2006: Globos de Oro: Mejor película de habla no inglesa. 2 nominaciones 2006: National Board of Review: Mejor película

SINOPSIS
Segunda Guerra Mundial (1939-1945). Rodada íntegramente en japonés, la película ofrece la versión nipona de la batalla de Iwo Jima, el episodio más cruento de la guerra del Pacífico, en el que murieron más de 20.000 japoneses y 7.000 estadounidenses. El mismo año, Eastwood dirigió también ''Banderas de nuestros padres'', que narra la misma batalla desde el punto de vista norteamericano. Ambas películas han sido aplaudidas por la crítica como una clara denuncia de la guerra y como un valiente e inédito intento de mostrar las dos caras de una contienda. La versión estadounidense muestra la llegada del ejército norteamericano a una pequeña isla del Pacífico desde la que los japoneses defendían su territorio y, sobre todo, la utilización propagandística de la famosa foto de los seis soldados alzando la bandera de EE UU. La versión japonesa se centra en la resistencia nipona, organizada estratégicamente a través de túneles por el general Tadamichi Kuribayashi (Ken Watanabe).





“Letters from Iwo Jima” pertenece a una estirpe de películas en peligro de extinción. Es tan intensa, tan terrible, tan abrasadora en sus emociones, que te deja con el estomago del tamaño de un chicle, con la sensación de que te han arrancado algo desde muy adentro. Es una película sencilla y humilde en su concepción, pero es desde esa humildad donde la película se crece, regalándonos escenas absolutamente prodigiosas.Es impresionante la capacidad de Eastwood para interpretar el papel de los perdedores, aquellos que siguen luchando aún sabedores de su trágico final, metiéndonos en su piel, compartiendo su sufrimiento. Eastwood te somete a un impresionante torrente de emociones en estado puro, moviendo la cámara entre luces y sombras, guiados por la sobria e implacable interpretación de Ken Watanabe, y acompañados por una maravillosa banda sonora, triste y bella a partes iguales. Todo esto, que ya lo hizo en sus obras maestras anteriores (Unforgiven, Mystic River, Million dollar baby) resulta ahora aún más trágico, más desolador, aún más emocionante. NINGUNA película me había hecho sentir tan inmensamente pequeño ante la grandeza de los sentimientos, las emociones y la épica que subyace bajo todos y cada uno de los personajes de "Letters from Iwo Jima". Con ninguna película bélica anterior había odiado tanto la guerra como con esta, porque es que te mete en el mismo campo de batalla, te abrasa con el calor y la arena de Iwo Jima, te golpea con la dureza y el realismo de su violencia, y te auxilia a última hora con una belleza poética, con un lirismo fordiano, con un humanismo digno de Kurosawa. Una increíble e inmensa radiografía de todos los códigos éticos y morales que mueven a las personas en una guerra, un ejemplar estudio de nuestra propia condición humana, detestable y noble a la vez. Una apoteosis continua de sentimientos y emociones. Una película en la que tienes la constante sensación de que todas las escenas tienen algo importante que contarte. La experiencia cinematográfica más estimulante, sobrecogedora, humana y estremecedora de la última década, coronada por un final esplendoroso, de embriagadora tristeza y desolación.“Letters from Iwo Jima” es, para el que aquí les escribe, la obra maestra definitiva de Clint Eastwood. Una obra tan ajustada a derecho y forma, tan grande, única e inolvidable que incluso mejora a su predecesora, coloca a Eastwood en el altar de los más grandes, y por si no fuera suficiente, sitúa a este tremendo díptico sobre la batalla de Iwo Jima en las cotas más altas de la cinematografía de todos los tiempos, y junto a "Senderos de gloria" de Kubrick, como el mayor y más bello alegato antibelicista de la historia del cine.Una obra de arte que resuena en la mente y el corazón días después de su visionado, como un duro y emotivo testimonio de la inutilidad y crueldad de todas las guerras.


Genial como conecta Eastwood "Banderas de nuestros padres" con "Cartas desde Iwo Jima", con escenas como en la que Kuribayashi observa a lo lejos la izada de la bandera americana en el monte Suribachi, el americano herido que recogen los japoneses, o el soldado que atrapan los japoneses a través de una trampilla en el suelo. La escena del caballo agonizando, la insubordinación de Shimizu negandose a matar al perro, el flashback de Saigo con su mujer, los hara-kiri explosivos, el colosal final...

Eastwood, pese a sus 76 años, sigue empeñado y confiado en demostrar al mundo que se encuentra en plena madurez profesional, lo cual lo pone de manifiesto nada más ver los primeros fotogramas de ésta su última película hasta el momento: "Letters from Iwo Jima", fotogramas que te dicen que estás ante algo grande, algo que no se ve muy a menudo, algo que se te mete por dentro, te atrapa, y se te queda para siempre en el fondo de tu alma, en este caso Mí alma de cinéfilo y que permanecerá allí para siempre, al lado de un buen puñado de películas, muchas de ellas distintas, pero todas ellas con un nexo común como es el no dejarme indiferente y saber colocarlas en lo que, para mí, supone la excelencia cinematográfica.La presentación del personaje que interpreta de manera absolutamente inmejorable el fantástico Ken watanabe: El Teniente General Tadamichi Kuribayashi pasará a la Historia del Cine por culpa de la conjunción de una serie de factores, todos ellos en estado de gracia como son: El manejo de la cámara, la espléndida música, compuesta por el propio Eastwood para la película, sumado a la asombrosa fotografía de Tom Stern y terminando por la demoledora capacidad expresiva de Watanabe, el cual imprime a su personaje un carisma muy pocas veces visto en el cine que hace que profesemos por él durante toda la película una mezcla entre cariño y respeto y nos convirtamos gustosamente en uno más de sus subordinados.




No hay comentarios:

Publicar un comentario