Frente Oriental, Diciembre de 1942. Mientras las fuerzas del VI ejército de Paulus
resisten el cerco soviético en Stalingrado, el mando alemán prepara una
ofensiva para rescatar a las tropas cercadas. Para conseguir dicho
objetivo, Von Manstein organiza un poderoso ataque con
divisiones blindadas, que inmediatamente logra hacer retroceder a las
fuerzas rusas. El mando soviético, alarmado por el avance enemigo,
prepara la defensa en la última barrera natural que se interpone entre
los alemanes y Stalingrado: el río Mishkova, donde los hombres del II
Ejército de Guardias se disponen a ofrecer una durísima resistencia para
impedir el rescate del VI ejército.
Nieve ardiente es una
producción soviética de los años 70 que reconstruye, desde el punto de
vista soviético, ,los hechos que rodearon a la Operación Tormenta de Invierno,
una ofensiva lanzada por Manstein en un intento desesperado de liberar a
las cercadas unidades del VI ejército de Paulus, que habían quedado
aisladas en la retaguardia soviética tras el éxito de la Operación Urano
en Noviembre de 1942. Si bien se trata de un título muy condicionado
por la época de su filmación, en pleno apogeo del régimen comunista de
la Unión Sovietica, también es cierto que, en lineas generales, no
resulta un film excesivamente propagandístico.
En ese sentido, Nieve ardiente parece más bien pensada como un vehículo para ensalzar el heroísmo y espíritu de sacrificio de los frontovik
(combatientes de primera línea) rusos durante la denominada Gran Guerra
Patria. De este modo, la historia gira en torno a tres personajes
principales: el general Bessonov, comandante del sector y encargado de detener la ofensiva enemiga, el teniente Kuznetzov, oficial al mando una batería de cañones anticarro, y su novia, la joven enfermera Tania,
que no dudará en exponerse a los peligros del campo de batalla para
atender a los heridos en combate. Así, la historia gira alrededor de
esta terna de héroes soviéticos, que naturalmente darán sobradas
muestras de su abnegación y heroísmo ante el abrumador peso de los
acontecimientos.
Quizás precisamente por eso, el desarrollo de la historia resulta más bien insulso, y los personajes, más bien acartonados. Por añadidura, el ritmo de la narración no resulta demasiado vivo, de modo que el metraje, algo inferior a las dos horas de duración, parece más largo de lo que realmente es. Además, como ocurre en otras películas sovieticas de la época, los hechos son presentados de una manera absolutamente manipuladora para el espectador, dando a entender que los alemanes poseían una abrumadora fuerza de tanques (en realidad, Manstein hubo de preparar la ofensiva con una división blindada recién llegada al frente, y otra muy castigada por los combates anteriores) y que los rusos estaban en franca inferioridad numérica, cuando lo cierto es que a esas alturas de 1942, las fuerzas totales rusas en el sector del Don ya superaban a las alemanas. Por supuesto, nada de eso se menciona en el film, el cual da la impresión de que eran los rusos los que se veían ampliamente superados en número por los alemanes, cuyo punto de vista sobre la batalla tampoco aparece reflejado.
Quizás precisamente por eso, el desarrollo de la historia resulta más bien insulso, y los personajes, más bien acartonados. Por añadidura, el ritmo de la narración no resulta demasiado vivo, de modo que el metraje, algo inferior a las dos horas de duración, parece más largo de lo que realmente es. Además, como ocurre en otras películas sovieticas de la época, los hechos son presentados de una manera absolutamente manipuladora para el espectador, dando a entender que los alemanes poseían una abrumadora fuerza de tanques (en realidad, Manstein hubo de preparar la ofensiva con una división blindada recién llegada al frente, y otra muy castigada por los combates anteriores) y que los rusos estaban en franca inferioridad numérica, cuando lo cierto es que a esas alturas de 1942, las fuerzas totales rusas en el sector del Don ya superaban a las alemanas. Por supuesto, nada de eso se menciona en el film, el cual da la impresión de que eran los rusos los que se veían ampliamente superados en número por los alemanes, cuyo punto de vista sobre la batalla tampoco aparece reflejado.
Entre medias, la película nos
ofrece algunas escenas de acción bélica correctamente filmadas, pero que
tampoco llegan a abrumar por su espectacularidad, pese al encomiable
esfuerzo de “maquillar” los T-34 rusos para hacerlos parecer tanques Tigers
alemanes (lo cual es un error de ambientación ya que los Tigers no
participaron en dichos combates). Quizás lo mejor la película radica en
su ausencia de carga ideológica mas allá de las dosis patrioteras de
rigor, y en la cuidada puesta en escena, que refleja bastante bien las
condiciones del combate invernal en el frente ruso. Por lo demás, Nieve ardiente
no pasa de ser un título bastante discreto, que no aporta demasiado al
género bélico más allá de su aseado aspecto formal. Más interesante por
su aspecto histórico que por el cinematográfico.
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