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sábado, 13 de agosto de 2011

El puente sobre el río Kwai

Magnífico film bélico realizado por David Lean con unos estupendos William Holden, Alec Guiness y Sessue Hayakawa como inolvidables protagonistas. Relata el orgulloso pulso entre los prisioneros británicos y los captores japoneses por la construcción de un puente que facilite el paso de suministros del ejército nipón.

Lo que en un principio emerge como desdeñable actividad para el enemigo acaba convirtiéndose en objetivo vital, en lo único que puede perdurar en la vida del obsesivo coronel Nicholson, cuya frontera entre cumplimiento del deber y la paranoia (ver como recluta a los prisioneros enfermos) cada vez se desdibuja más con el paso del tiempo en cautiverio. En contraposición, el mayor americano Shears, hombre pragmático y realista en desacuerdo con el coronel inglés, se empeña en fugarse, burlando al control de Saito, cuya constante confrontación con Nicholson es el motor del film. El orgullo, el esfuerzo, la unidad del equipo frente a las adversidades, la confrontación oriente-occidente, la locura de la guerra, etc. son las señas de identidad de uno de los más famosos films bélicos de la historia. No es la mejor obra del maestro Lean, prefiero “Lawrence de Arabia” o “Doctor Zhivago”, pero es un excelente relato de aventuras, adaptado a partir de la novela homónima de Pierre Boulle.

Por eso alucino bastante con la mayoría de críticas negativas vertidas sobre “El puente sobre el rio Kwai”, todas ellas basadas en el descrédito histórico y la supuesta función propagandística pro británica de la cinta, y no en sus inherentes valores cinematográficos. Films bélicos desde el lado aliado que presentaban a las potencias del eje fascista Alemania-Italia-Japón como monstruos de forma maniquea las hay a centenares, y sí pudieron asentar ideologías y provocar mucha distorsión en el imaginario de su época respecto a la percepción global de los hechos reales, pero creo que hoy en día nuestra visión desde la distancia y el acceso a la información del que podemos disfrutar, palian sobradamente (si queremos) este hecho.

Al que realmente le importe informarse y quiera conocer los hechos dispone de muchísimos libros y documentación desde múltiples puntos de vista para formarse su propia opinión; ¿O es que parece que sea el cine la única vía de conocimiento y que haya causado daños irreparables en la memoria histórica? Estamos en 2010 y creo que podemos ser lo suficientemente sensatos y curtidos como para colocar las cosas ideológicamente en su sitio y separar el arte de política, la realidad de la ficción. ¿Lapidamos automáticamente la filmografía de John Ford por su maltrato en celuloide a los indios? ¿A Clint Eastwood o Sam Peckinpah por su constante apología de la ley del talión? ¿A Tarantino por su lenguaje soez y reaccionaria ultraviolencia?

Además, ¿de verdad creemos que no se hacía lo mismo desde el lado japonés? Ya en 1936 (Pacto Anti-Komintern) se disponía de poderosos medios de comunicación como un sistema de radiodifusión y agencia de noticias: Domei-Sha, controladas por un Comité Gubernamental, que también aplicó la manipulación y la censura. Con el estallido de la II G. M., reforzaron aún más sus sistemas, siendo el cine y la radio los instrumentos más utilizados para la persuasión, lo que pasa es que el dominio norteamericano en los mercados cinematográficos mundiales durante todas esas (y estas) décadas colapsó estas obras. Pero ahí están para el que quiera verlas: “Almirante Yamamoto”, “De Pearl Harbor a Midway”, ”La batalla de Okinawa", “La batalla del mar del Japon”, ”Zero”… todos ellos films sobre diferentes conflictos bélicos realizados desde la óptica japonesa, a los que no voy a alabar o maldecir sólo por su posicionamiento nacionalista.

En definitiva, que yo puedo estar disconforme con ciertos enfoques e ideas políticas que son contrarias a mi parecer de muchas películas que me encantan. Lo que no voy a hacer es adoptar un criterio obcecado y excluyente e ignorar o condenar automáticamente una obra de arte al ostracismo por el mero hecho de no comulgar con las ideas que expone; para eso ya me formaré yo mi propio criterio. Por favor, no caigamos en el error de depositar toda función educadora exclusivamente en el cine.



TÍTULO ORIGINAL The Bridge on the River Kwai
AÑO 1957

DIRECTOR David Lean
GUIÓN Michael Wilson & Carl Foreman (Novela: Pierre Boulle)
MÚSICA Malcom Arnold
FOTOGRAFÍA Jack Hildyard


REPARTO William Holden, Alec Guinness, Jack Hawkins, James Donald, Sessue Hayakawa, André Morell, Geoffrey Horne, Peter Williams, John Boxer, Percy Herbert, Harold Goodwin, Ann Sears, Heichiro Okawa


PRODUCTORA Columbia Pictures


PREMIOS


1957: 7 Oscars: Película, director, actor (Guinness), guión adapt., fotografía, bso, montaje
1957: Globo de Oro: Mejor película: Drama
1957: BAFTA: Mejor película

SINOPSIS


Durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), un grupo de prisioneros británicos son obligados por los japoneses a construir un puente. Los oficiales, capitaneados por su flemático coronel, se opondrán a toda orden que viole la Convención de Ginebra sobre los derechos y las condiciones de vida de los prisioneros de guerra.

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