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sábado, 14 de julio de 2012

De aquí a la eternidad


Segunda Guerra Mundial, 1941. El soldado Prewitt (Montgomery Clift), recién asignado a la base militar de Pearl Harbor (Hawai), es un antiguo boxeador que se ha retirado definitivamente del ring. El capitán Holmes (Philip Ober), conocedor de sus habilidades como púgil, intenta que se una al equipo del ejército, pero Prewitt rechaza la propuesta. A partir de ese momento será sometido a toda clase de castigos y humillaciones tanto por parte de sus superiores como de sus compañeros.


Sólo cuenta con la amistad y el apoyo de Angelo Maggio (Frank Sinatra), un soldado cuya vida tampoco es muy fácil. Mientras tanto, el sargento Milton Warden (Burt Lancaster) y Karen (Deborah Kerr), la mujer de Holmes, viven una historia de amor adúltera. Pero la vida de todos cambiará con el ataque japonés a Pearl Harbor.


La vida castrense salta de nuevo a escena en este clásico, dirigido maravillosamente por Zinnemann y protagonizado por un inconmensurable But Lancaster.



Superproducción realizada por Fred Zinnemann, es su film más galardonado y uno de los más conocidos. El guión, de Daniel Taradash (“Picnic”, 1955), adapta libremente la novela “From Here To Eternity” (1951), de James Jones. Se rueda en escenarios naturales y reales de Hawaii (EEUU) durante 41 días, con una inversión de 2 M USD. El film es nominado a 13 Oscar y gana 8 (película, director, guión adaptado, fotografía en B/N...). Producido por Buddy Adler (“Bus Stop”, Logan, 1956) para Columbia, se proyecta por primera vez en público el 5-VIII-1953 (NYC, preestreno).


La acción dramática tiene lugar en Hawaii (acuartelamiento de Schofield, Pearl Harbour, Honolulu, Halona Cove, etc.), a lo largo de los 2/3 meses anteriores al ataque japonés del domingo 7-XII-1941.
 
 
Las vidas entrecruzadas de los soldados Robert E. Lee Prewitt (Clift) y Angelo Maggio (Sinatra), de los sargentos Milton Warden (Lancaster) y James R. “Fatso” Judson (Borgnine), del capitán Dana Holmes (Ober), de la vulnerable Karen Holmes (Kerr) y de la prostituta Alma “Lorena” Burke (Reed), dan lugar a una eclosión de pasiones humanas desbordadas, que convierten la vida en el archipiélago en un polvorín de injusticias, abusos de poder, envidias, odios, afanes de venganza, extorsiones y romances imposibles, a punto de estallar. Prewitt es testarudo, Maggio es bromista y alborotador, Warden es un trabajador eficiente, Judson es racista y sádico, el capitán Holmes es tiránico y despótico, Lorena es interesada y soñadora, Karen Holmes es una mujer insatisfecha, frustrada, refinada y ninfómana.


El film suma drama, romance y guerra. Adapta una novela de éxito que plantea, 6 años después de la IIGM y al comienzo de la Guerra de Corea (1951-53), la denuncia y crítica de la brutalidad, corrupción, sadismo y mezquindad que se da en el Ejército en tiempos de paz. En busca de emociones fuertes, al gusto del público del momento, contextualiza la crítica antimilitarista en un ambiente marcado por el adulterio, la prostitución y la ninfomanía. La película, al objeto de evitar problemas con la rígida censura del Código Hayes, rebaja la crítica antimilitarista (que traslada de la institución a casos aislados), incorpora elogios a las instituciones militares y elimina las blasfemias y el prostíbulo.


El film centra la atención en cinco temas principales: el adulterio, la prostitución, la corrupción, los castigos sádicos y el alcoholismo. Sin abandonar nunca el tono mesurado y contenido, realizador y guionista se apoyan más en la sugerencia y en las indicaciones veladas, que en la demostración directa y explícita. Construyen con el apoyo de unas interpretaciones convincentes y un gran guión, unas atmósferas de tensión y dramatismo de gran nivel. No desarrollan una acción dramática única, sino un entramado de dramas paralelos y simultáneos, de características específicas, que conforman un conjunto denso y sugerente.Como en otros casos, Zinnemann enfrenta al héroe con dilemas morales a la hora de actuar.
 
Aborda, adicionalmente, los temas del valor y del honor. De acuerdo con los parámetros propios del momento, los analiza en términos exclusivamente masculinos. No es valor humillar a los compañeros o abusar de ellos. No es honorable la extorsión, el chantaje moral y la corrupción. Es valor defender el bien de los demás con riesgo de la propia integridad física o de la propia vida. Es honor cumplir los deberes que se tienen con los demás y con uno mismo. No se cumple el deber exigiendo lo imposible (permiso por escrito en momentos de ataque masivo del enemigo).

 
 
El título de la novela original y del film está tomado de uno de los últimos versos del poema “Gentlemen Rankers”, de Rudyard Kipling. La novela, de James Jones, forma parte de la trilogía del autor sobre la guerra junto con “La delgada línea roja” (1962) y la inacabada “Silbido” (1978). Jones es también el autor de la novela “Como un torrente” (1957), llevada al cine (1958) por Vincente Minnelli.

 
 
La escena más famosa es la del doble beso de Lancaster y Kerr en la playa. La escena se compone de planos rápidos y cortos de luz. Supuso en su momento el máximo posible bajo la rígida censura del momento. El papel de ninfómana de Kerr recuerda en cierto modo el que la misma actriz representaba en “La noche de la iguana” (1964). La no aceptación de las tendencias lésbicas de Hannah Jelkes y la no aceptación de la ninfomanía de Karen, son causa en ambas de frustración y angustia. Columbia con esta película y con otras posteriores (“Picnic”) contribuyó a ensanchar los estrechos límites impuestos por la censura.
Las interpretaciones de Lancaster, Clift, Reed, Kerr y Borgnine son destacadas. La música, de George Duning (“El hombre de Laramie”, Mann, 1955), ofrece una partitura original breve, de funciones ambientales, que cumple con eficacia. Añade canciones hawaianas (“Chattanooga Chao Chao”), festivas (“Beer Barril Polka”, al piano en el Club) y sensuales (“Serenade in blue”, “Re-enlistment Blues”). La fotografía, de Burnett Guffey (“Bonnie y Clyde”, Penn, 1967), hace uso del B/N para acentuar el realismo y el dramatismo de la acción. Crea imágenes bien contrastadas y perfiladas con maestría, que evocan aspiraciones documentalistas. Añade filmaciones documentales del ataque japonés.

Es complicado encontrar una película de la historia del cine que refleje mejor la vida en un acuartelamiento que la espléndida "De aquí a la eternidad", aunque es verdad que para poder percibirlo con total nitidez hay que haberlo vivido. Porque es eso lo que más me ha impresionado siempre en cada toma de esta película, el grado de verosimilitud de todas y cada una de las escenas, algunas de ellas hiperrealistas y de una frialdad cortante. Ver como ligan, como hablan, como contestan al teléfono, como desfilan en el patio, como fuman el cigarro... absolutamente maravilloso. Nunca el público estuvo más cerca de sentir cómo se vive y que se hace en un centro militar.

Pero es que al margen de ello debo decir que jamás he visto tampoco como un libro tan complejo, excelente, y rico en detalles la novela portentosa obra de James Jones –que también escribió “La delgada línea roja” que tiene casi 1.000 páginas es convertida en guión a la perfección en ¡menos de dos horas! Aunque no nos debe extrañar si conociéramos a Daniel Taradash autor entre otras de "Llamad a cualquier puerta", "Encubridora o "Picnic" que realiza uno de los guiones más perfectos de toda la década de los 50, que no es precisamente una década cualquiera. Comparar este guión con lo de ahora -incluido “Infiltrados”- pues es ver las miserias del cine de nuestros días.

Sería absurdo ir desgranando uno por uno todos y cada uno de los méritos de esta película inmortal (música, fotografía...)
 
 
La película no ha tenido mucha suerte con el tiempo, es verdad, ya se sabe en blanco y negro, temas de militares norteamericanos que algunos les produce urticaria, las historias de amor no son canónicas, no hay casi tiros...ya se sabe y sobre todo director con poca prensa cuando es uno de los grandes.

Cuando se citan a los mejores directores de la historia del cine jamás veo a Fred Zinneman en las listas. Increíble. Cualquiera que conozca sus películas encontrará una de las filmografías más consistentes que recuerdo con varias obras maestras y otro puñado de películas muy buenas. Pero nadie le cita ni sale en las tertulias. No hay más que ver cuantas críticas tiene esta película comparada con otros clásicos o ganadoras de Oscar. No pasa nada, ya estamos gente como yo para repetirlo: La dirección de Fred Zinnemann es soberbia y demuestra que sabe que la cámara no son las maracas de Machín y que hay que Parar, Templar y Mandar para conseguir una buena escena. Y en esta logra muchas muy buenas. Hay al menos diez totalmente perfectas.

En fin aquellos maravillosos años.



TÍTULO ORIGINAL From Here to Eternity
AÑO 1953




DIRECTOR Fred Zinnemann
GUIÓN Daniel Taradash (Novela: James Jones)
MÚSICA George Duning
FOTOGRAFÍA Burnett Guffey (B&W)
REPARTO Burt Lancaster, Montgomery Clift, Deborah Kerr, Frank Sinatra, Donna Reed, Ernest Borgnine, Jack Warden, Philip Ober, Mickey Shaughnessy, Harry Bellaver, John Dennis, Merle Travis
PRODUCTORA Columbia Pictures
PREMIOS 1953: 8 Oscars, incluyendo película, director, actor sec. (Sinatra), actriz sec. (Reed), guión
1953: Círculo de críticos de Nueva York: Mejor película

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