El cine patriótico es una
especie de subgénero que surgió a raíz de las dos Guerras Mundiales. Se
trataba de utilizar este gran medio de comunicación de masas para
ensalzar a los ejércitos locales, dejar mal parados a los enemigos, y
elevar el ánimo del pueblo para que se comprometiera en la lucha por la
defensa nacional. En términos generales, creo yo, que éste ha sido el
tipo de cine más sesgado, idealista, y de mal gusto que haya podido
hacerse… pero no puede generalizarse, pues, al haber comprometido en su
realización a algunos de los mejores directores de la historia, éstos,
cuando podían, se zafaban del yugo patriotero y se esforzaban por contar
historias de verdadero significado aunque, al final, el encomio militar
tuviese que quedar sentado.
En EEUU, gente tan valiosa como Frank Capra, John Huston, John Ford, William Wyler… y Michael Curtiz, fueron llamados en tiempos de la Segunda Guerra Mundial, para que hicieran filmes patrióticos. Entre 1941-43, Curtiz fue prácticamente asignado para rodar películas argumentales con esta temática y “CAPITANES DE LAS NUBES” fue la segunda de ellas.
En EEUU, gente tan valiosa como Frank Capra, John Huston, John Ford, William Wyler… y Michael Curtiz, fueron llamados en tiempos de la Segunda Guerra Mundial, para que hicieran filmes patrióticos. Entre 1941-43, Curtiz fue prácticamente asignado para rodar películas argumentales con esta temática y “CAPITANES DE LAS NUBES” fue la segunda de ellas.
La historia está bellamente rodada en una impecable fotografía a color
de la que se ocuparon cinco cinematografistas: Sol Polito y Wilfred M.
Cline para las escenas en locación, y Dyer, Marshall y Hoch para la
espectacular fotografía aérea que les mereció una nominación a los
premios Oscar.
Curtiz logra que, la primera mitad de la película, sea una atractiva y
significativa comedia, en la que dos pilotos civiles de los bosques
canadienses, chocan entre sí por sus contratos laborales y por el amor
de una preciosa, pero frívola chica, que cede ante los dos. Sin querer,
queriendo, surge entre ellos una rabiosa, pero profunda amistad, que
extrae de lo más hondo de sus seres, una gran capacidad de lealtad y
sacrificio.
La segunda parte tiene ya los obligados efugios patrioteros, pero la
amistad se sostiene eficientemente y el director consigue una acción muy
atractiva con un equipo de brillantes pilotos de la Real Fuerza Aérea
de Canadá que controla el aire con enorme pericia. El filme así, resulta
bastante entretenido, y sólo las consabidas entregas de medallas y los
emocionados discursos en pro de la patria, ponen un grado de sosería a
un filme que, en general, divierte y alecciona.
James Cagney, quien influyó notablemente en el guión final, logra una eficientísima actuación y Brenda Marshall –la María de “El halcón del mar”- luce más bella que nunca como la coqueta Emily, quien habrá de recibir una lección que quizás la cambie para siempre.
James Cagney, quien influyó notablemente en el guión final, logra una eficientísima actuación y Brenda Marshall –la María de “El halcón del mar”- luce más bella que nunca como la coqueta Emily, quien habrá de recibir una lección que quizás la cambie para siempre.
TÍTULO ORIGINAL | Captains of the Clouds |
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AÑO | 1942 |
DIRECTOR | Michael Curtiz |
GUIÓN | Arthur T. Horman, Richard Macaulay, Norman Reilly Raine |
MÚSICA | Max Steiner |
FOTOGRAFÍA | Sol Polito & Wilfred M. Cline |
REPARTO | James Cagney, Dennis Morgan, Brenda Marshall, Alan Hale, George Tobias, Reginald Gardiner |
PRODUCTORA | Warner Bros. Pictures |
PREMIOS | 1942: 2 nominaciones al Oscar: Mejor fotografía color, direcc. artíst. color |
SINOPSIS | James Cagney es un piloto que se enrola en la fuerza aérea canadiense durante la Segunda Guerra Mundial. |
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