GUIÓN
Paul Verhoeven, Gerard Soeteman
MÚSICA
Anne Dudley
FOTOGRAFÍA
Karl Walter Lindenlaub
Paul Verhoeven, Gerard Soeteman
MÚSICA
Anne Dudley
FOTOGRAFÍA
Karl Walter Lindenlaub
REPARTO
Carice van Houten, Thom Hoffman, Gijs Scholten van Aschat, Jochum ten Haaf, Halina Reijn, Sebastian Koch, Waldemar Kobus, Christian Berkel, Derek de Lint, Dolf de Vries, Peter Blok, Michiel Huisman
Carice van Houten, Thom Hoffman, Gijs Scholten van Aschat, Jochum ten Haaf, Halina Reijn, Sebastian Koch, Waldemar Kobus, Christian Berkel, Derek de Lint, Dolf de Vries, Peter Blok, Michiel Huisman
PRODUCTORA
Coproducción Holanda-Alemania-GB
Coproducción Holanda-Alemania-GB
SINOPSIS
Tras la ejecución de su familia a manos de los nazis, una joven judía se une a la resistencia que lucha contra la ocupación en Holanda. Su misión será infiltrarse en el Cuartel General Nazi, seduciendo a un alto oficial alemán para obtener información y poder liberar a un grupo de combatientes que han sido capturados.
Tras la ejecución de su familia a manos de los nazis, una joven judía se une a la resistencia que lucha contra la ocupación en Holanda. Su misión será infiltrarse en el Cuartel General Nazi, seduciendo a un alto oficial alemán para obtener información y poder liberar a un grupo de combatientes que han sido capturados.
Golpe de mano del veterano director holandés Paul Verhoeven (Desafío total, Instinto básico), quien tras algunos años sin entregar nada medianamente potable vuelve a la palestra cinematográfica con un tipo de film que, a priori, siempre cuenta con el favor del público: la lucha antinazi durante la Segunda Guerra Mundial. Verhoeven elige además una parte de la historia sumamente atractiva, la de la heroica y peligrosa labor de la resistencia, en este caso en tierras holandesas, durante el último año de la contienda. El cine ha tratado este tema en numerosas ocasiones, pero quizá ninguna tan recordada como ¿Arde París?, donde René Clément recreó la resistencia de los parisienses contra el opresor alemán, o Roma, ciudad abierta, donde el gran Roberto Rossellini hacía lo propio con lo acontecido en Italia.
El argumento -que el film anuncia con la manida y siempre sospechosa frase: "inspirado en hechos reales"- se centra en una tal Rachel Stern, joven y guapa holandesa que, por su origen judío, ve cómo toda su familia es asesinada. Decide entonces aliarse con la resistencia. Tras el arresto de unos cuantos compañeros, recibe la arriesgadísima misión de intentar camelarse a un alto mando alemán, el capitán Müntze, y por medio del espionaje en el Cuartel General Alemán hacer posible el rescate de sus colegas. Y allá irá con el alias de Ellis De Vries, además de con su talento musical y sus innegables encantos.
El film gana enteros gracias al acertado enfoque narrativo de Verhoeven, el cual no se limita a ofrecer una película bélica sin más sino que adopta una atmósfera intrigante, con acciones de espionaje de las de toda la vida -con micros, planos, engaños en los controles, topos, amores fingidos y reales-, además de que escoge una puesta en escena realista, realzada por la magnífica fotografía de Karl Walter Lindenlaub. El guión, escrito por el propio Verhoeven y su colaborador habitual Gerard Soeteman, es otro acierto, ya que está bien urdido, con vueltas y revueltas, y con una visión nada maniquea de las personas de la época. En general, resulta esmerada la contrucción de los personajes -muy distintos aun luchando para el mismo bando-, lo cual es vital en este tipo de filmes si no se quiere caer en simplificaciones. Quizá sólo está algo desaprovechado el rol del Capitán Müntze, que claramente habría dado para más. Y como era previsible en un director con su filmografía, Verhoeven también carga mucho la mano en innecesarias secuencias de alto voltaje sexual y en reiterados exhibicionismos de todo tipo. Y también la religión cae bajo su particular y estrecha visión, mofándose de ella e incluyendo algún elemento sibilinamente malévolo, como el ridículo retrato que hace del único miembro creyente de la Resistencia. El reparto está muy convincente, aunque casi todo el peso del film recae en la actriz holandesa Carice van Houten, que hace un extraordinario trabajo, deudor confeso de la Mata Hari de Greta Garbo. Y está excelente asimismo Thom Hoffman, un actor cuyo parecido físico con Kevin Spacey es realmente asombroso.
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